Si Permanecéis en Mí.Muestra

“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos" (Hebreos‬ ‭2:1‬ ‭RVR1960).‬‬

Escucha cuidadosamente

Hace unos días hablaba con algunos hermanos, al finalizar el servicio; de lo cómodos que están algunos creyentes, al decidir no volver a congregarse y lo peligroso que ese estado podría ser.

Si hay riesgo en asistir y no obedecer lo que escuchas. Cuanto más peligroso será no asistir y conformarse con solo escuchar desde casa. Aquellos que piensan que simplemente ir a la iglesia y pasar por un pequeño ritual los acercará a Dios, se llevarán una gran sorpresa. Porque aun en la Iglesia, podemos conseguir un corazón endurecido. Piensa el mismo sol que ablanda la cera endurece la arcilla.

A medida que la Palabra de Dios se predica algunas personas se ven impactadas por ella, algunas personas son cambiadas por ella y otras se endurecen por ella. Hoy escuchamos demasiado, pero algunos no tienen la intención de creerla. La exposición continua a la Palabra de Dios en realidad está haciendo más daño que bien. Y en el mismo lugar donde podrían transformarse, estarán peor que nunca.

No estoy diciendo que algunos no deberían de asistir. Lo que digo es que debemos tener siempre el deseo, de ser cambiados por la palabra.

Podemos ver milagros y escuchar la verdad, pero si no tenemos el deseo de aplicarla, nuestro corazón puede endurecerse.

Alguien que está viviendo una doble vida como Judas Iscariote experimentará un corazón cada vez más endurecido. Judas caminó y habló con Jesús durante tres años y medio. Fue elegido a mano por el Señor. Había escuchado a Cristo dar sus mejores sermones. Judas escuchó el Sermón de la Montaña y el Discurso del Monte de los Olivos con sus propios oídos. Vio a Lázaro resucitado de entre los muertos. Vio a los ciegos recibir la vista. Vio a hombres sordos recibir su audición. Judas vio milagro tras milagro, pero su corazón se endureció.

Y aunque Jesús sabía lo que sucedería, Judas, por su propia voluntad, traicionó deliberadamente al Señor, recordándonos que la presciencia de Dios no cambia la responsabilidad del hombre.

Entonces la respuesta es no dejar de ir a la iglesia; es ir con el deseo de conocer a Dios, y obedecer sus consejos.

Iglesia La Embajada.