No Te RindasMuestra

Fortaleza en la debilidad

Una lámpara por sí sola no puede iluminar nada, solo cuando está conectada a la corriente eléctrica puede cumplir su propósito. De igual manera, nosotros somos como esa lámpara: sin Cristo, no podemos hacer mucho, pero conectados a Él, podemos superar cualquier obstáculo. Este versículo no significa que podemos hacer cualquier cosa por nuestra propia cuenta, sino que, en nuestras debilidades y limitaciones, Cristo es quien nos fortalece. Pablo escribió estas palabras desde la prisión, enfrentando dificultades y adversidades. Él comprendió que su fortaleza no venía de sus circunstancias o de sus habilidades, sino de Cristo. Cuando nosotros también nos sentimos débiles, podemos encontrar en Jesús la fuerza necesaria para seguir adelante.

Oración:
Señor, en mis momentos de debilidad, ayúdame a recordar que en Ti encuentro la fuerza que necesito. No dependo de mis propias capacidades, sino de Tu poder que me sostiene y me guía. Gracias por ser mi fortaleza.

Acción práctica:
Haz una lista de situaciones en las que te sientas débil o incapaz. En oración, entrega cada una a Cristo, pidiéndole que te dé la fortaleza para afrontarlas con Su poder.