El NiñoMuestra

Es fácil vernos a través del lente de las cosas que podemos hacer, en lugar de a través del diseño con el que Dios nos creó. Al final, podemos definir nuestra identidad a partir de nuestros pasatiempos, calificaciones o de lo que los demás dicen de nosotros. Pero Jesús transforma la manera en que nos vemos a nosotros mismos, nos muestra que tenemos un propósito más grande y que nuestra identidad se encuentra en él. El nacimiento de Jesús tuvo un propósito único y específico: salvarnos y hacernos parte de la familia de Dios. Así como Jesús nació con una misión, sabemos que Dios nos creó a cada uno con un plan y un propósito. La Navidad nos recuerda que, gracias a Jesús, somos amados y salvos. Somos más que nuestros logros y talentos; somos hijos de Dios. Recuerda que fuiste creado para mucho más que solo lo que haces; eres profundamente amado y diseñado con un propósito.

Hoy, escribe el Salmo 139:13-14 en un lugar visible. Cuando lo veas, recuerda que eres un hijo de Dios, producto de su maravilloso trabajo.