El NiñoMuestra

¿Alguna vez te le perdiste a uno de tus padres o a tu tutor cuando eras pequeño? Al inicio, quizá sentiste que era un divertido juego de las escondidas. Eso fue hasta que te diste cuenta de que estabas perdido, que no sabías cómo encontrar a las personas con las que estabas o cómo te castigarían tus padres cuando te encontraran. Aunque no lo creas, hubo una ocasión en la que a Jesús le pasó exactamente eso. En un viaje familiar a Jerusalén, se separó del resto de su familia. ¿Qué estaba haciendo cuando finalmente lo encontraron? Con solo 12 años, Jesús ya estaba aprendiendo de los líderes religiosos y hablando con ellos. Jesús sabía que su relación con Dios era lo más valioso que tenía en la vida, incluso más que el temor al castigo de sus padres. Por eso, aunque era Dios hecho hombre, Jesús encontró maneras de conectar con su Padre, aprender de él y crecer en él.

Esta Navidad, reflexiona sobre cómo puedes hacer lo mismo —y no, no te estamos dando permiso para que huyas de tus padres—. ¿De qué manera puedes pasar más tiempo con Dios y conectar con él? Aunque solo sean unos pocos minutos al día, decide conectar con Dios durante esta temporada de Navidad.