Sé HumildeMuestra

Es fácil dejarse llevar por el ajetreo de la vida. Todos tenemos que ocuparnos de la escuela, de los amigos, la familia, el equipo o al club al que pertenecemos, además de actividades y responsabilidades. En otras palabras, ¡todos tenemos muchas cosas en las manos! Aunque pareciera fácil creer que podemos manejarlo todo por nuestra cuenta, la realidad es que, en algún momento, necesitaremos ayuda. Un aspecto de la humildad es saber cuándo pedir ayuda. Pero ¿cuál es la mejor fuente para pedirla? ¡Dios! Cuando buscamos la presencia de Dios con humildad, especialmente cuando estamos ocupados, estresados o abrumados, encontramos un sentido de seguridad que nos permite confiar en él para manejar todo lo que tenemos en nuestras manos, en lugar de simplemente seguir adelante.

Hoy, haz una lista de todos los pendientes que tienes en este momento. Después, ora por cada uno de ellos y, con humildad, pídele a Dios que te ayude a manejarlos.