Nuestras Emociones Guiadas Por DiosMuestra

Educando nuestras emociones

¿Has sentido alguna vez que las emociones que estás experimentando se te escapan de control y no sabes cómo poder gestionarlas de manera correcta? Hay situaciones de la vida que nos superan; llegan de repente y no sabemos cómo poder enfrentarlas. En la Biblia se muestra como David tuvo que vivir distintas situaciones y de las cuales muestra su emocionalidad a través de los salmos.

Para poder hacer frente a estas diversas situaciones que se pueden presentar debemos educar nuestras emociones, para que en ellas podamos responder emocionalmente de la mejor manera posible. David se dejó guiar por Dios en medio de sus circunstancias y esto lo llevo a estar en paz en muchas de ellas. Podemos entender esta paz como la educación de nuestras emociones.

En base al texto de referencia, Dios nos llama a tres cosas para experimentar Su paz y la educación de nuestras emociones:

1. No se preocupen por nada en cambio oren por todo: La oración es un medio por el cual nos comunicamos directamente con Dios y encontramos el soporte emocional que nuestra vida necesita. Por lo tanto, comuniquémonos con Dios, ya que Él es nuestra ayuda para todo instante. David hace su oración en el Salmos 86:1-6.
2. Díganle a Dios lo que necesitan: Recuerda esta frase: “Si a ti te importa, a Dios le importa”. Entrega tu corazón con sinceridad a Dios, porque Él oye esas palabras que has querido decir por mucho tiempo. Dios lo sabe, pero quiere oírlo de tu boca. David refuerza esta idea en el Salmos 86:7, sabe que Dios es el que responde en medio de sus apuros.
3. Denle gracias: Un corazón agradecido descansa en el poder de Dios. Piensa que Dios ya lo ha hecho y agradece. David hace esto al alabar a Dios en medio de su oración como lo deja registrado en el Salmos 86:12-13.

Por lo tanto, apliquemos estas cosas, vivamos en Cristo Jesús y eduquemos nuestras emociones para que logremos la paz que solo Dios puede dar en medio de todas nuestras circunstancias, si dejamos que Él cuide nuestro corazón y mente.