Jesus es VidaMuestra

Celebrando la vida en Cristo

Cuando alguien pone su fe en Jesús, ocurre uno de los milagros más grandes: una transformación de muerte a vida. Este acto es motivo de celebración no solo en la tierra, sino también en el cielo, como nos enseña Jesús en las parábolas de Lucas 15. Cada vez que un pecador se arrepiente, hay alegría en el cielo, una fiesta celestial que refleja la inmensa importancia de cada alma salvada.

La historia del hijo pródigo es un poderoso recordatorio de la alegría que siente Dios cuando uno de sus hijos regresa a casa. No importa cuán lejos hayamos ido, el Padre siempre está esperándonos con los brazos abiertos, listo para celebrar nuestro regreso. Esta fiesta de bienvenida es una imagen de la vida abundante que Jesús nos ofrece: una vida llena de propósito, amor y comunidad bajo el cuidado del Buen Pastor.

Pero esta alegría no es solo para nosotros. Como seguidores de Cristo, estamos llamados a compartir esta buena noticia con otros, a invitarlos a la fiesta de vida que Jesús ha preparado. Cuando compartimos el Evangelio, cuando guiamos a otros hacia Cristo, estamos participando en la mayor celebración de todas: la expansión del Reino de Dios.

La estrategia de ORAR – CUIDAR – COMPARTIR que discutimos es una herramienta poderosa para alcanzar a otros. Pero no se trata solo de cumplir con una tarea; se trata de celebrar cada paso hacia la fe, de reconocer y festejar las pequeñas y grandes victorias en nuestro caminar con Cristo. Como grupo, podemos establecer metas, orar juntos, servir y finalmente compartir el mensaje del Evangelio, asegurándonos de celebrar cada avance hacia la meta de hacer discípulos.

Acción práctica: Hoy, piensa en una persona en tu vida que aún no conoce a Jesús. Comienza orando por esa persona, luego encuentra una manera de mostrarle amor y cuidado genuino. Busca una oportunidad para compartir el Evangelio y, cuando lo hagas, asegúrate de celebrar cualquier paso que esa persona dé hacia Cristo. Involucra a tu comunidad de fe en este proceso, animándolos a celebrar juntos cada vez que alguien se acerca más a la vida en abundancia que Jesús ofrece.