Zelote vs celoso

Me encantó la frase de este episodio de Los Elegidos: "Ya no soy un zelote, sólo un celoso".

Mientras que Simón, como zelote, luchaba por un reino mediante la fuerza y la violencia, ahora puede aprender de Jesús que la construcción del reino de Jesús no se hace mediante la fuerza y la violencia, sino que funciona de otra manera. Simón ha depuesto las armas. Sin embargo, su "fervor" sigue ahí.

El "celo" no tiene nada de malo.

La "pasión" no tiene nada de malo.

La "pasión" y el "deseo" no tienen nada de malo.

La pregunta que podemos hacernos es: ¿dónde se centra esa "pasión", ese "celo"?

Hoy reflexionamos sobre dos textos que tienen ambos que ver con la pasión. Deseo. La pasión. Leemos sobre Jesús, de quien está escrito: "La pasión por tu casa me consumirá".

Pasión por tu casa

La pasión de la que se trata aquí es la pasión de Jesús por la causa de Dios. Quizá del Antiguo Testamento debas pensar en el pueblo de Israel, o en el templo, por ejemplo. En la sección de Juan ves esta pasión en relación con el templo, y si lees un poco más en Mateo 2 te encuentras con los temas de la oración, la curación y la adoración. Un Dios que quiere ser adorado. Un Dios que cura. El sacrificio de Jesús -el derribo de Su "templo"- lo hace posible.

Con Jesús, ves pasión por esto. Pasión. Deseo.

Pasión que "consume"

Pero ten en cuenta que no se trata de una dulce pasión. Tuvieron que carecer de ella tanto la gente del templo, con su comercio y su dinero, como el propio Jesús. Esta pasión, este deseo de devolver por fin a la gente a la relación con Dios mismo le costó todo. Lo consumió. Dio Su vida para que tú y yo podamos ser adoradores, podamos ser sanados. Qué especial es eso…

Pasión por ...

Volvamos a tu deseo y al mío. Simón dice: "He depuesto las armas, pero sigo siendo diligente. Jesús es mi Maestro, y voy con toda pasión y celo por Él. ¿Cómo es eso contigo? ¿Tú también quieres ir por Él de esa manera?

Probablemente -como Simon- las cosas saldrán mal con regularidad. ¡No dejes que eso apague tu pasión! Aprende de lo que salió mal y aférrate a Jesús. Él vigila tu corazón.

Reflexiona sobre las siguientes preguntas:

• ¿Qué opinas de la declaración de Simón?
• ¿En qué eres 'celoso'? ¿Por qué sientes "pasión"?
• ¿Cómo puede utilizar Jesús tu pasión y tu deseo?

Ora: "Señor, hoy me ha impresionado Tu deseo y pasión: Tu fervor. Centrado en las cosas de Dios. De una manera que Te costó todo. No sé si yo también podré vivir así, pero -Señor- ¿me ayudarías? Quisieras encender en mí Tus deseos y ayudarme a ir con pasión por tus cosas. Amén".