Quiero un Corazón SanoMuestra

Una vez que Dios ha sanado tu corazón, es clave mantener esa sanidad. Lo primero que debes hacer es buscar a Dios y estar cerca de Él. El Salmo 91:1 nos enseña que para disfrutar de la protección de Dios, tenemos que vivir en su presencia. Es importante poner a Dios en primer lugar y seguir sus caminos. Por eso, en el Salmo 23:1, se dice que si Dios es nuestro Pastor, nada nos faltará. Tener a Dios como Pastor significa depender de Él y obedecerlo. Si seguimos leyendo el Salmo 23, veremos todos los beneficios que vienen a nuestra vida por decidir obedecer a Dios.

El siguiente paso para cuidar tu corazón es prestar atención a lo que dejas entrar en él. En Proverbios 4:23, la Biblia nos dice que debemos cuidar nuestro corazón, lo que significa estar atentos a lo que permitimos que entre en nuestra vida. Debemos ser cuidadosos con lo que vemos, lo que escuchamos y lo que decimos. Así, cuando enfrentes tentaciones, tu corazón estará listo para resistir y ser obediente a Dios.

¿Y cómo logramos todo esto? Permaneciendo siempre conectados a Dios, como nos enseña Juan 15:5: sin Él, no podemos hacer nada. Es crucial orar y leer la Biblia todos los días. De esta manera, podrás continuar el proceso de sanidad de tu corazón y mantener todo lo que Dios ya ha hecho en tu vida.