Lectura Con El Pueblo De DiosMuestra

Reto de memorización del mes:

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Padeció bajo Poncio Pilato, fue crucificado, murió y fue sepultado; Descendió a los infiernos. Al tercer día resucitó de entre los muertos. Ascendió al cielo y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, en la santa iglesia cristiana, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida eterna. Amén.

Lectura con el Pueblo de Dios

Los pasajes de hoy hablan del dolor del exilio y del anhelo de la presencia de Dios.

El Salmo 137 refleja la profunda tristeza y lucha de estar separados de lo que es sagrado, mientras que Deuteronomio 8:1-10 nos recuerda el viaje del pueblo de Dios a través del desierto. Este viaje es otra forma de exilio, donde las provisiones y mandamientos de Dios estaban destinados a humillar y probar a su pueblo. Esto resalta la importancia de la obediencia y nos recuerda la fidelidad de Dios. Romanos 7 nos muestra el exilio interno de estar atrapado en el pecado a pesar de saber lo que está mal y lo que está bien. Este pasaje pone de relieve nuestra lucha interna, nuestra desesperada necesidad de intervención divina y la gracia que solo se puede encontrar en Jesucristo. Muchos de nosotros experimentamos un tiempo de exilio en nuestras vidas. Es posible que estemos atrapados en la vida o que sintamos una forma de desconexión debido al pecado en nuestras vidas, pero familia, quiero que sepan que Dios es fiel. El Señor está con nosotros. Él nos está guiando incluso en medio de nuestro propio exilio personal. No nos centremos en nuestros errores del pasado. En cambio, enfoquémonos en la nueva vida a la que Dios nos ha llamado como sus hijos elegidos.

Te pedimos que tú, Señor, continúes recordándonos tu fidelidad durante nuestros tiempos de exilio y en medio de nuestras luchas internas. Guíanos a obedecer tus mandamientos y confiar en tu gracia, que solo se puede encontrar en tu Hijo, Jesucristo. Te amamos Señor. Gracias por tu perdón. Amén.