Vivir Una Vida Al MáximoMuestra

Entender la brevedad de nuestra vida - continuación.

Nuestra vida en esta tierra es breve. Solo disponemos de algunos años ya que la expectativa de vida es de alrededor de 80-90 años, eso es todo. Siempre existe la posibilidad de que sea mucho menos, como en el caso de mi joven amiga.

En tu caso y en el mío, no lo sabemos. No quiero provocar miedo ni ansiedad, o hacerte sentir culpable por nada, pero deseo que seamos conscientes de esto. Aunque no nos gusta pensar en ello, es necesario reflexionar sobre lo qué estamos haciendo con el tiempo que Dios nos ha dado.

Hay un pasaje en Eclesiastés que por mucho tiempo no tenía sentido, que no entendía, hasta que experimenté pérdidas dolorosas en mi vida. El pasaje dice lo siguiente:

“Vale más pasar el tiempo en funerales que en festejos. Al fin y al cabo, todos morimos, así que los que viven deberían tenerlo muy presente. Es mejor el llanto que la risa, porque la tristeza tiende a pulirnos.” Eclesiastés 7:2-3 NTV

¿Quién prefiere estar en un funeral en vez de estar en una fiesta? Pareciera que no tiene sentido, pero la realidad es que, si lo pensamos un poco, entonces tiene mucho sentido. Quien alguna vez en su vida se ha hecho una pregunta importante y trascendente ¿Lo ha hecho en medio de una fiesta, entre risas y todo lo que se vive en una celebración?

Sin embargo, en un funeral nos enfrentamos ante la brevedad de la vida. Es allí donde hacemos las preguntas correctas, reflexionamos y meditamos. Pasa por nuestra mente la vida que ha llevado la persona fallecida; escuchamos lo que se dice de ella, y entendemos el impacto que tuvo en otros al ver el dolor que expresan quienes están allí por la partida de esta persona. Si esta persona era un ser querido para nosotros, empezamos a pensar en las cosas que realmente valen la pena, a veces incluso con culpa. Estas son las cosas que solemos pensar, y la tristeza que sentimos nos lleva a meditar. Este tipo de tristeza tiene el poder de pulirnos y acercarnos a Dios, el único que puede darnos una esperanza que trasciende la brevedad de esta vida.

Por eso es importante contar nuestros días, ver cómo estamos viviendo, en qué estamos invirtiendo nuestro tiempo, y si esto nos ayuda a adquirir sabiduría o insensatez. Si esto nos acerca a Dios o nos aleja, si lo que estamos haciendo tiene un propósito eterno, o solo vivimos para pagar cuentas, para buscar lujos que satisfagan nuestros deseos. Moisés en este salmo le pedía a Dios: enséñame a contar mis días, para que pueda vivir estos días con sabiduría.