Aprende a PerderMuestra

El hijo pródigo.

En este último día del devocional quiero mencionarte acerca de la parábola del hijo pródigo que cuenta la historia de un joven que pidió a su padre su parte de la herencia y se marchó a un país lejano. Allí, desperdició todo su dinero en una vida de desenfreno. Cuando hubo gastado todo, una gran hambruna azotó aquella región, y el joven se encontró en la miseria, deseando comer la comida de los cerdos que cuidaba.

En su desesperación, el joven reflexionó sobre su situación y recordó que, en la casa de su padre, incluso los jornaleros tenían comida de sobra. Decidió regresar a casa y pedir perdón, dispuesto a ser tratado como uno de los jornaleros de su padre.

Cuando el joven aún estaba lejos, su padre lo vio, corrió hacia él y lo abrazó con compasión. El hijo confesó su pecado, pero el padre, lleno de amor y misericordia, lo restauró a su posición de hijo, organizando una gran fiesta para celebrar su regreso.

La historia del hijo pródigo nos enseña que, aunque podamos perder todo debido a nuestras malas decisiones, siempre podemos regresar a Dios con un corazón arrepentido. Dios, como el padre amoroso de la parábola, nos recibe con brazos abiertos, dispuesto a restaurarnos y bendecirnos. Aprender a perder, reconocer nuestros errores y volvernos a Dios puede llevarnos a una restauración y bendición mayores.

¡Tú decides si quieres aprender a perder el día de hoy! Quiero ser parte de esto orando por tu vida, y conociéndote, escríbeme en mi Instagram @Tavo97cr.

¡Gracias por llegar hasta el final de este devocional! Que Dios te Bendiga.