40 Principios escriturales para un ministerio saludableMuestra
La importancia del retiro espiritual.
¿Se puede vivir menos de lo que Dios ha establecido para nosotros? Claro que sí. Incluso más, es posible morir sin haber cumplido con el propósito de Dios. Moisés es un claro ejemplo. Su destino profético era llevar el pueblo de Israel a la tierra prometida. Sin embargo, no lo hizo, Números 27:12-14. Dios tenía planeado para Moisés un ministerio más largo y una vida más extensa, ¡pero el pecado lo arruinó todo! Moisés no murió enfermo o de viejo. ¡Murió por desobediente! “Cuando murió, tenía ciento veinte años, gozaba de buena salud y la vista todavía no le fallaba”, Deuteronomio 34:7 (TLA). Ahora bien, ¿qué hizo de malo Moisés para que su vida y ministerio terminaran antes de tiempo? Desobedeció a Dios sermoneando al pueblo a los gritos mientras golpeaba la roca: “¡Escuchen, ustedes rebeldes! —gritó—. ¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?”. Enseguida Moisés levantó su mano y golpeó la roca dos veces con la vara y el agua brotó a chorros...”, Números 20:10-11 (NTV). Ahora bien, ¿por qué razón Moisés golpeó la roca? Porque estaba enojado, Salmo 106:33. Es cierto que los israelitas eran personas demandantes y malagradecidas, pero Dios no atemperó el castigo por causa de la rebeldía del pueblo. Dios no pasó por alto ni excusó el berrinche de Moisés. Y, ¿por qué no? Porque el pecado afectaba su gloria. “Ya que no me glorificaron... y por no haber reconocido mi santidad en presencia de los israelitas, no harán entrar a esta comunidad en la tierra que les voy a dar”, Números 20:12 (BLA y BNP). Moisés estaba fuera de sí. Predicó un sermón que Dios no le dio (Números 20:10); golpeó la roca y encima se atribuyó el poder para sacar agua de la roca: “¿Acaso debemos sacarles agua de esta roca?”, Números 20:10 (NTV). Y todo esto agravado por el hecho de que él representaba a Dios ante el pueblo. El severo castigo tenía que ver con la magnitud del pecado y con su posición de liderazgo. Dios trata con mayor severidad los pecados de los líderes, especialmente cuando en sus acciones públicas está involucrada su gloria, Santiago 3:1. El mayor pecado de Moisés fue disminuir la gloria de Dios. Nuestra desobediencia ensucia la reputación de Dios. Y si el que peca es un líder el perjuicio es mayor, como sucedió con David. Natán le dijo: “... Hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová...”, 2º Samuel 12:14. Las escandalosas vidas de los líderes eclesiásticos mancillan el nombre de Dios y arruinan su obra en esta tierra. Basta de tirar por la cloaca el nombre de Dios.
Advierte un detalle. Moisés siempre había glorificado a Dios. Pero ahora en la postrimería de su vida ministerial no lo hace. ¿Qué sucedió? Se quedó sin fe. “Por no haber creído en mí...”, Números 20:12 (BDA2010). A Moisés le faltó fe. Pero si Moisés era un hombre de fe. Sí, al principio de su ministerio, cuando solía retirarse de la vida pública para estar con Dios. Es altamente significativo de que la Biblia no haga alusión a las escapadas de Moisés a la montaña en la postrimería de su vida. Moisés ha perdido la costumbre de apartarse de la vida cotidiana para conectarse profundamente con Dios. Y esa es la razón por la que está cansado, agotado, estresado y malhumorado. Y además tiene menos paciencia y más incredulidad. Es cierto que Moisés nunca descuidó la carpa del encuentro, pero sí los retiros espirituales. Y la combinación de la oración, el ayuno y el retiro son esenciales para todo aquel que desee vivir más cerca de la voluntad de Dios. Moisés estaba agotado, pero no era por su edad; aunque tenía 120 años “estaba tan fuerte como siempre”, Deuteronomio 34:7 (PDT). El cansancio de Moisés no era físico, sino emocional y espiritual. ‘Salir fuera de la aldea’ con el propósito de recibir nueva visión resulta indispensable para todo siervo del Señor. Es de vital importancia poner en pausa la vida de servicio y las obligaciones cotidianas, pues el cansancio y el estrés ministerial son enemigos de la unción. Aprendamos de Jesús quién nunca descuidó los retiros espirituales. Comenzó su ministerio con un retiro de 40 días y luego se lo ve retirarse para pasar tiempo con su Padre: “Jesús... solía retirarse a lugares solitarios para orar”, Lucas 5:15-16 (BAD); Juan 6:15. Esta disciplina espiritual suele ser una de las más difíciles de practicar porque estamos programados para sentirnos cómodos con el ruido y las multitudes, no con el silencio y la reflexión. Sin embargo, el que quiera ganar la batalla de la fe y conquistar nuevos territorios espirituales deberá aprender del error de Moisés y seguir el ejemplo de Jesús. Recuérdalo: ¡la vida sin una pausa podría ser fatal!
Acerca de este Plan
40 días que te enseñarán principios escriturales para tener una vida, familia y ministerio bendecido, saludable, lleno de presencia y guiado por el Señor.
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar