Enfrentando Las Transiciones De La VidaMuestra

Gran parte de mi vida he tenido que enfrentar transiciones. Desde mi niñez, por causa del trabajo de mi padre, nos vimos ne la necesidad de vivir en diferentes ciudades de mi país. En mi juventud, viví algunos años en Europa, y ya casado con mi esposa e hijo menor, también nos mudamos de ciudad por ser misioneros o más bien pastores recien ordenados en el ministerio para fundar un iglesia en Santa Marta, Colombia. Sin hablar de lo que esto ha significado para mi esposa y para mí, en el área emocional, en las relaciones, lo que tuvimos que perder o dejar atrás, en cada transicion etc, etc.

Esta siempre ha sido una de las preguntas que más me he hecho a lo largo de mi vida y ministerio: ¿Cómo habla el Evangelio en estas etapas de la vida en las que todos nos encontramos en un momento u otro? ¿Cómo encontramos esperanza en los días difíciles de la transición y en los días de expectativa de lo que está por venir? ¿Cómo fijamos nuestros ojos en Jesús en estos momentos y cómo logramos tener un corazón saturado del Evangelio en medio de tantos cambios y transiciones de la vida?

La verdad es que no soy un experto en el tema, pero creo que Dios me ha enseñado una cosa o dos, y quiero con todo corazón compartirlas contigo, apreciado lector.

Lo primero que tengo que decirle es que en todas las transiciones que he tenido que enfrentar en mi vida, desde que creo en Jesucristo como mi Señor y Salvador personal, es que siempre me he encontrado al final de la jornada, cualquiera que esta sea, triste o alegre, angustiosa o desafiante, enfermo o rebosando de salud, con abundancia o escasez, sentado en el sofá de mi hogar con una Biblia en mi mano. Siempre terminé, en cada situacion de mi vida, en cada transicion desde que conozco al Señor, buscando un texto biblico, la voz de Dios, algo que me diera esperanza, me confrontara o me permitiera sincerarme con Dios de todo corazón.

La Biblia se ha convertido para mí en un amigo inseparable, será por esto que la tengo en mi biblioteca, el mayor número de versiones que puedan existir, desde una Biblia de versión católica que heredé de mi padre, quien a su vez heredó de su padre (lo que indica que va a cumplir 130 años de escrita) hasta una versión checa y un Nuevo Testamento polaco.

Amo a tal grado la Biblia, que parte de nuestro ministerio con mi esposa incluye regalar todas las Biblias que podamos a cuantas más personas podamos.

Tal vez te preguntes: Ok Juan, entendimos el punto. Pero, ¿cómo se encontró Dios con aquellos en la Biblia a lo largo de las transiciones de su vida?

Bueno, la Biblia nos deja saber que Dios siempre fue fiel a su pueblo y a sus promesas, sin importar las circunstancias de la vida en las que se encontraban o en las que se enfrentaron de repente.

Desde el mismo Génesis, inmediatamente después de que Adán y Eva desobedecieron, Dios los envió fuera del jardín, pero los vistió, les proveyó lo necesario y les dio gracia (favor inmerecido para el resto de su jornada). Continuó permitiéndoles tener una relación con Él, se acercó a ellos y fue misericordioso.

Luego, a lo largo de toda la vida narrada en las Escrituras, el estribillo para todos quienes hemos entregado nuestra vida a Él y confiado en Él es: “¡Ve y yo estaré contigo!” y tal vez esa es clave o el centro del asunto (Ex. 33:14-15)

Paso lo mismo con Abraham, él salio, avanzó, caminó sin saber a donde iba, Dios se lo revelaría en el vieje, lo relevante para Abraham era comprender el mismo principio "Él va conmigo".

Y es a través de esos momentos que aprendes a confiar en Dios, a depender de Él... Por tanto, avanza, sigue, a pesar "de" todo, sea lo que sea, porque sabe que el Señor va usted en cada etapa de su vida y lo hará hasta el final. Recuerde, Él lo prometió: ¡Te llevaré a casa! (Jn. 14:2-3).

Finalmente, he llegado a comprender que las transiciones de la vida en esta tierra nos permiten recordar que los hijos de Dios no fuimos redimidos, rescatados, comprados por precio para permanecer o acomodarnos en esta tierra. Este mundo no es nuestro hogar final. Deberíamos, por tanto, vivir cada transición de la vida con esperanza, confianza y anhelo de lo eterno (Ap. 21:1-4).

¡Medite en esto!

Queridos amig@s, espero que estas reflexiones hayan sido de bendición para su vida como lo ha sido para la mía. El deseo de mi corazón y oración por ustedes es que el Señor les siga bendiciendo.

¡Hasta una próxima oportunidad!

Con amor en Cristo,

Pr. Juan Carlos Calle y equipo Conectar Global

Si quiere conocer más sobre nuestros recursos sin costo disponibles para usted ,haga clic aquí.