Aprende a escucharMuestra
Dicen que un filósofo de la antigüedad alguna vez dijo: “Tenemos dos orejas y una sola lengua, para que escuchemos más y hablemos menos”. Esta frase bien podría ser aplicada en nuestra relación con Dios. A veces estamos más acostumbrados a hablar más, en lugar de escuchar a Dios en nuestra relación con Él. Creemos que entre más oremos, estaremos más cerca de Dios, pero vale la pena preguntarnos si estamos escuchando lo suficiente a Dios para obtener su revelación y guía.
En un mundo cada vez más ruidoso y distraído, es crucial que aprendamos a cultivar la habilidad de escuchar a Dios. Esto nos ayudará a fortalecer y profundizar nuestra relación con Él.
Si recurrimos al diccionario de la Real Academia Española, se especifica que oír se define como “percibir con el oído los sonidos”, mientras que escuchar significa “prestar atención a lo que se oye”. Por tanto, la diferencia entre las dos acciones tiene que ver con la voluntariedad y predisposición.
Nuestro Señor Jesucristo nos enseñó que existe la posibilidad de que en nosotros haya una incapacidad de comprender lo que nos está hablando. Es realmente grave que oigamos la Palabra pero que no la entendamos. Pero el Señor mismo nos enseña el porqué de esta situación. Señala que se trata de una condición del corazón. Dice que un corazón engrosado o insensible no será capaz de escuchar y entender lo que el Señor quiere comunicarnos.
Antes de conocer a Jesús y rendirle nuestra vida a Él, nuestro corazón es insensible, incapaz de escuchar su Palabra. Sin embargo, una vez que le recibimos en nuestro corazón como Señor y Salvador, nuestros oídos espirituales son literalmente destapados para que seamos capaces de escucharle a Él y las enseñanzas que tiene para nosotros.
Dios nos pide que nuestro oído se incline a sus razones. Otra versión de la Biblia dice: “Atiende mis consejos; escucha atentamente lo que digo”. Esta palabra refleja la importancia que Dios le da al escuchar su Palabra. No solo a oírla mecánicamente, sino a escucharla con atención para aprender el mensaje que tiene para nosotros.
Oremos: Padre, te damos gracias por ayudarnos a escuchar tu Palabra, a tener nuestros oídos espirituales abiertos para escucharte a Ti, a través de la obra redentora de nuestro Señor Jesucristo en nuestras vidas. Enséñanos a comprender la importancia de tener un tiempo para escuchar tu Palabra. Que nuestro corazón no sea insensible e incapaz de escucharte. Gracias por darme la salvación a través de nuestro Señor Jesucristo y la capacidad para tener comunicación contigo y escuchar tu Palabra. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
En un mundo cada vez más ruidoso y distraído, es crucial que aprendamos a cultivar la habilidad de escuchar a Dios. Esto nos ayudará a fortalecer y profundizar nuestra relación con Él.
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Nos gustaría agradecer a Amistad del Sur por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://amistaddelsur.org/