Piensa En CristoMuestra

 «Piensa en todo lo que es de buen nombre»

Otras traducciones proponen «de buena reputación». La palabra griega es, «eufema», que literalmente quiere decir «bien habladas, es lo que merece buena fama, que se hable bien de ello», pero que se conectaba especialmente con el silencio santo al principio de un sacrificio en la presencia de los dioses. También el término envolvía un sentido activo de hablar, que daba énfasis a lo que era favorable acerca de cualquier cosa. Tal vez no sea excesivo decir que describe lo que es apto para que Dios lo oiga. 

Hay demasiadas palabrotas, maldiciones y blasfemias en el mundo. Sin embargo, en los labios y las mentes de los cristianos debe haber solamente palabras aptas para que Dios las oiga. 

Las palabras son fruto de los pensamientos. Hay palabras corrompidas, es decir, podridas, que no valen nada. Otras, que edifican y dan gracia al oyente porque están sazonadas, con una medida debida, y con lo que es apropiado. En cambio las palabras ociosas, no mantiene el orden, son deshonestas, bajas o vergonzosas, perversas, fraudulentas, viciosas, y trastornadas. 

Hay que cuidar lo que pensamos y hablamos, porque, en las muchas palabras no falta pecado. Las palabras son como golpes, en tanto que la buena palabra alegra, la palabra a su tiempo es oportuna y alienta. Nos saciaremos del fruto de nuestros labios, de una misma boca no puede dar bendición y maldición. Procuremos pues, vivir de cada palabra que sale de la boca de Dios, desechar la mentira y hablar verdad, un hablar espiritual permanente.

Si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. La virtud aquí, se refiere más bien a excelencia y denota todo lo que procura una estimación preeminente para una persona o cosa. «Excelencia», literalmente significa, arrojamiento más allá, y por ello sobrepasar más allá de toda medida, sobremanera alto, así que, nuestros pensamientos deben sobrepasar más allá de toda medida baja y pecaminosa. 

No se permita malgastar su vida y su mente con pensamientos nocivos y destructivos. Dios espera que sus hijos cultiven pensamientos santos y hagan justicia. Al pensar en todo lo que es digno de alabanza, estamos pensando en el Señor.