Matando la kriptonita con John BevereMuestra

Una noche, Justin regresa a casa del trabajo y encuentra a su esposa, Ángela, muy arreglada y con vestido hermoso. Él concluye que ella debió haber planeado algo especial para ambos, así que ofrece arreglarse también. 

Ángela, un poco confundida, responde: "Oh cariño, Voy a salir con Tony esta noche. Vamos a ir a cenar, ver una película y registrarnos en el Fairmont Hotel. Debería de estar de regreso a media mañana". 

"¡¿Quién es Tony?!" grita Justin.

"Él es mi novio de la secundaria", responde ella.

"¡¿Qué?! ¡No puedes salir con él!" 

"¿Por qué no?" 

"Porque estamos casados; estamos comprometidos uno con el otro. ¡Nosotros no salimos con otras personas!" dice él, manifestando lo que asume debería ser obvio.

"¡Tranquilo, cariño!" Ángela responde: " Eres mi favorito. Te amo más que a cualquiera de ellos, pero realmente no puedes esperar que ya no los vea. He estado cerca de algunos de ellos por años, Yo todavía los amo. ¿Qué hay de malo en ello?"

Obviamente, esto no es una pareja real. No podemos imaginar que alguien no entienda que el matrimonio significa una relación exclusiva. Ciertamente, ninguno de nosotros se casaría con alguien como Ángela que espera continuar saliendo con sus antiguos novios.

Aun así, es como muchos de nosotros tratamos nuestra relación con Jesús. 

A través de la Escritura, Dios compara nuestra relación con Él con un matrimonio. Así también habla de Su relación con Israel en el Antiguo Testamento. Interesantemente, cada vez que Dios habla a Israel a través de Sus profetas acerca de cómo ellos han cometido adulterio contra Él, ha tenido que ver con el asunto de la idolatría. 

Nosotros podemos pensar que la idolatría es reverenciar estatuas, pero el corazón de ello es la adoración. Dios define la adoración, la primera vez que la vemos mencionar en la Escritura, en la historia de Abraham e Isaac. Vemos que la adoración es obediencia. 

Adoración no es una lenta y hermosa canción; es obediencia. No importa cómo "actuemos" en la iglesia, si no obedecemos a Dios en nuestras vida, no estamos adorándole y de hecho, estamos viviendo en adulterio como Ángela. 

¿Cómo cambia esta idea de la adoración tu forma de ver la vida cristiana?