Tiempo radical

 La barrera principal en el camino de seguir a Jesús con todo nuestro tiempo es que no tenemos tiempo. Nuestras vidas están llenas con tareas, trabajos y compromisos. No tenemos tiempo para seguir radicalmente a Jesús; más bien, ¡necesitamos más tiempo para nosotros mismos! 

Seguir a Jesús significa dedicar nuestro tiempo a sus propósitos; no podemos cambiar el mundo por sólo asistir a una reunión los domingos. En realidad, Cristo llama a sus seguidores a entregar su vida a imitarlo por dedicar su tiempo para ayudar a otros a conocer a Dios. 

Idea grande: Seguir a Jesús de verdad, significa seguirle con todo nuestro tiempo

La definición de ser discípulo, o seguidor, es ser una persona que vive toda su vida imitando a su maestro. Cristo dedicó todo su vida a los propósitos de su Padre y a levantar su Reino. Él llamó a sus primeros seguidores a seguirle y entregarle toda su vida. Si seguimos a Jesús de verdad, entonces todo nuestro tiempo será para Él; no habrá una división entre “nuestro tiempo” y “tiempo para el Reino”, porque por ser parte del Reino de Jesús, todo nuestro tiempo es para Su Reino.

¿Qué significa, hoy día, seguir a Jesús con todo nuestro tiempo? 

Todo empieza por darnos cuenta que la esencia de ser su seguidor es algo que somos, no algo que hacemos. Somos embajadores de Cristo. Siendo sus seguidores, lo representamos en todo momento. Dios habla por medio de nuestra vida y nuestras palabras. Podemos representar nuestro Padre en cada momento y en cada actividad. Así que, todo cuenta. La vida del seguidor de Jesús no está dividida entre lo “espiritual” y lo “mundano”. El propósito de cada una de nuestras acciones debe ser entrar en una amistad con las personas en nuestra vida y así guiarles hacia una relación más cercana con Dios.

En términos prácticos, ¿cómo vivimos como embajadores de Cristo en cada momento de nuestra vida? Lo hacemos por poner la más alta prioridad en nuestra vida en trabajar con la gente que está en nuestro alrededor y en trabajar en los proyectos que Dios nos da en su Reino.

Jesús nos llama a aceptar la tarea de ser sus embajadores a las personas alrededor de nosotros. Cuando lo hacemos, seguir a Jesús consumirá toda nuestra vida. Vivir así es la mejor forma de aprovechar la vida. Por entregar toda nuestro tiempo al Reino de Cristo, invertimos nuestra corta vida a lo que durará por toda la eternidad.