Diciendo La VerdadMuestra

«No es contra carne ni sangre»

Cristo es la verdad y el Espíritu Santo, quien guía a la iglesia, es el Espíritu de verdad. Por lo tanto, los cristianos debemos estar comprometidos con la verdad. Esto nos lleva al siguiente dilema: ¿Cómo podemos hablar la verdad, denunciar el pecado y a la vez demostrar el amor del Salvador? 

Primeramente debemos examinar nuestra actitud y recordar que nuestra lucha no es contra carne ni sangre. Es por eso que debemos aborrecer el pecado, pero no al pecador. Sin embargo, demasiadas veces los ataques de quienes dicen defender la verdad contra el pecado son dirigidos hacia los pecadores y no hacia el instigador de sus pecados, el diablo y sus secuaces. 

Es importante que al denunciar el pecado nos cuidemos del daño colateral que podemos causar si en nuestro celo por decir o defender la verdad lo que lanzamos es un ataque personal contra el pecador. Esto puede causar un endurecimiento contra el evangelio por parte de la persona a quien le queremos «testificar». Esto se debe lamentablemente a que la imagen secular de la iglesia sea una de hombres y mujeres que se la pasan condenando y acusando a todos aquéllos que no comparten sus principios. Esto difiere en gran manera de la imagen secular de la iglesia primitiva, donde se hablaba de los cristianos como siervos, gente hospitalaria y preocupada por el bienestar de su prójimo.