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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkJOS">
 <div class="chapter ch10" data-usfm="JOS.10">
 <div class="label">10</div><div class="s">Derrota de los amorreos</div><div class="p"> 1Cuando Adonisedec rey de Jerusal&#233;n oy&#243; que Josu&#233; hab&#237;a tomado a Hai, y que la hab&#237;a asolado (como hab&#237;a hecho a Jeric&#243; y a su rey, as&#237; hizo a Hai y a su rey), y que los moradores de Gaba&#243;n hab&#237;an hecho paz con los israelitas, y que estaban entre ellos, 2tuvo gran temor; porque Gaba&#243;n era una gran ciudad, como una de las ciudades reales, y mayor que Hai, y todos sus hombres eran fuertes. 3Por lo cual Adonisedec rey de Jerusal&#233;n envi&#243; a Hoham rey de Hebr&#243;n, a Piream rey de Jarmut, a Jaf&#237;a rey de Laquis y a Debir rey de Egl&#243;n, diciendo: 4Subid a m&#237; y ayudadme, y combatamos a Gaba&#243;n; porque ha hecho paz con Josu&#233; y con los hijos de Israel. 5Y cinco reyes de los amorreos, el rey de Jerusal&#233;n, el rey de Hebr&#243;n, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Egl&#243;n, se juntaron y subieron, ellos con todos sus ej&#233;rcitos, y acamparon cerca de Gaba&#243;n, y pelearon contra ella.</div><div class="p"> 6Entonces los moradores de Gaba&#243;n enviaron a decir a Josu&#233; al campamento en Gilgal: No niegues ayuda a tus siervos; sube prontamente a nosotros para defendernos y ayudarnos; porque todos los reyes de los amorreos que habitan en las monta&#241;as se han unido contra nosotros. 7Y subi&#243; Josu&#233; de Gilgal, &#233;l y todo el pueblo de guerra con &#233;l, y todos los hombres valientes. 8Y Jehov&#225; dijo a Josu&#233;: No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecer&#225; delante de ti. 9Y Josu&#233; vino a ellos de repente, habiendo subido toda la noche desde Gilgal. 10Y Jehov&#225; los llen&#243; de consternaci&#243;n delante de Israel, y los hiri&#243; con gran mortandad en Gaba&#243;n; y los sigui&#243; por el camino que sube a Bet-hor&#243;n, y los hiri&#243; hasta Azeca y Maceda. 11Y mientras iban huyendo de los israelitas, a la bajada de Bet-hor&#243;n, Jehov&#225; arroj&#243; desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca, y murieron; y fueron m&#225;s los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron a espada.</div><div class="p"> 12Entonces Josu&#233; habl&#243; a Jehov&#225; el d&#237;a en que Jehov&#225; entreg&#243; al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas:</div><div class="q">Sol, detente en Gaba&#243;n;</div><div class="q">Y t&#250;, luna, en el valle de Ajal&#243;n.</div><div class="q"> 13Y el sol se detuvo y la luna se par&#243;,</div><div class="q">Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos.</div><div class="m">&#191;No est&#225; escrito esto en el libro de Jaser?#2 S. 1.18. Y el sol se par&#243; en medio del cielo, y no se apresur&#243; a ponerse casi un d&#237;a entero. 14Y no hubo d&#237;a como aquel, ni antes ni despu&#233;s de &#233;l, habiendo atendido Jehov&#225; a la voz de un hombre; porque Jehov&#225; peleaba por Israel.</div><div class="p"> 15Y Josu&#233;, y todo Israel con &#233;l, volvi&#243; al campamento en Gilgal.</div><div class="p"> 16Y los cinco reyes huyeron, y se escondieron en una cueva en Maceda. 17Y fue dado aviso a Josu&#233; que los cinco reyes hab&#237;an sido hallados escondidos en una cueva en Maceda. 18Entonces Josu&#233; dijo: Rodad grandes piedras a la entrada de la cueva, y poned hombres junto a ella para que los guarden; 19y vosotros no os deteng&#225;is, sino seguid a vuestros enemigos, y heridles la retaguardia, sin dejarles entrar en sus ciudades; porque Jehov&#225; vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano. 20Y aconteci&#243; que cuando Josu&#233; y los hijos de Israel acabaron de herirlos con gran mortandad hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fortificadas. 21Todo el pueblo volvi&#243; sano y salvo a Josu&#233;, al campamento en Maceda; no hubo quien moviese su lengua contra ninguno de los hijos de Israel.</div><div class="p"> 22Entonces dijo Josu&#233;: Abrid la entrada de la cueva, y sacad de ella a esos cinco reyes. 23Y lo hicieron as&#237;, y sacaron de la cueva a aquellos cinco reyes: al rey de Jerusal&#233;n, al rey de Hebr&#243;n, al rey de Jarmut, al rey de Laquis y al rey de Egl&#243;n. 24Y cuando los hubieron llevado a Josu&#233;, llam&#243; Josu&#233; a todos los varones de Israel, y dijo a los principales de la gente de guerra que hab&#237;an venido con &#233;l: Acercaos, y poned vuestros pies sobre los cuellos de estos reyes. Y ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos. 25Y Josu&#233; les dijo: No tem&#225;is, ni os atemoric&#233;is; sed fuertes y valientes, porque as&#237; har&#225; Jehov&#225; a todos vuestros enemigos contra los cuales pele&#225;is. 26Y despu&#233;s de esto Josu&#233; los hiri&#243; y los mat&#243;, y los hizo colgar en cinco maderos; y quedaron colgados en los maderos hasta caer la noche. 27Y cuando el sol se iba a poner, mand&#243; Josu&#233; que los quitasen de los maderos, y los echasen en la cueva donde se hab&#237;an escondido; y pusieron grandes piedras a la entrada de la cueva, las cuales permanecen hasta hoy.</div><div class="p"> 28En aquel mismo d&#237;a tom&#243; Josu&#233; a Maceda, y la hiri&#243; a filo de espada, y mat&#243; a su rey; por completo los destruy&#243;, con todo lo que en ella ten&#237;a vida, sin dejar nada; e hizo al rey de Maceda como hab&#237;a hecho al rey de Jeric&#243;.</div><div class="p"> 29Y de Maceda pas&#243; Josu&#233;, y todo Israel con &#233;l, a Libna; y pele&#243; contra Libna; 30y Jehov&#225; la entreg&#243; tambi&#233;n a ella y a su rey en manos de Israel; y la hiri&#243; a filo de espada, con todo lo que en ella ten&#237;a vida, sin dejar nada; e hizo a su rey de la manera como hab&#237;a hecho al rey de Jeric&#243;.</div><div class="p"> 31Y Josu&#233;, y todo Israel con &#233;l, pas&#243; de Libna a Laquis, y acamp&#243; cerca de ella, y la combati&#243;; 32y Jehov&#225; entreg&#243; a Laquis en mano de Israel, y la tom&#243; al d&#237;a siguiente, y la hiri&#243; a filo de espada, con todo lo que en ella ten&#237;a vida, as&#237; como hab&#237;a hecho en Libna.</div><div class="p"> 33Entonces Horam rey de Gezer subi&#243; en ayuda de Laquis; mas a &#233;l y a su pueblo destruy&#243; Josu&#233;, hasta no dejar a ninguno de ellos.</div><div class="p"> 34De Laquis pas&#243; Josu&#233;, y todo Israel con &#233;l, a Egl&#243;n; y acamparon cerca de ella, y la combatieron; 35y la tomaron el mismo d&#237;a, y la hirieron a filo de espada; y aquel d&#237;a mat&#243; a todo lo que en ella ten&#237;a vida, como hab&#237;a hecho en Laquis.</div><div class="p"> 36Subi&#243; luego Josu&#233;, y todo Israel con &#233;l, de Egl&#243;n a Hebr&#243;n, y la combatieron. 37Y tom&#225;ndola, la hirieron a filo de espada, a su rey y a todas sus ciudades, con todo lo que en ella ten&#237;a vida, sin dejar nada; como hab&#237;a hecho a Egl&#243;n, as&#237; la destruyeron con todo lo que en ella ten&#237;a vida.</div><div class="p"> 38Despu&#233;s volvi&#243; Josu&#233;, y todo Israel con &#233;l, sobre Debir, y combati&#243; contra ella; 39y la tom&#243;, y a su rey, y a todas sus ciudades; y las hirieron a filo de espada, y destruyeron todo lo que all&#237; dentro ten&#237;a vida, sin dejar nada; como hab&#237;a hecho a Hebr&#243;n, y como hab&#237;a hecho a Libna y a su rey, as&#237; hizo a Debir y a su rey.</div><div class="p"> 40Hiri&#243;, pues, Josu&#233; toda la regi&#243;n de las monta&#241;as, del Neguev, de los llanos y de las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar nada; todo lo que ten&#237;a vida lo mat&#243;, como Jehov&#225; Dios de Israel se lo hab&#237;a mandado. 41Y los hiri&#243; Josu&#233; desde Cades-barnea hasta Gaza, y toda la tierra de Gos&#233;n hasta Gaba&#243;n. 42Todos estos reyes y sus tierras los tom&#243; Josu&#233; de una vez; porque Jehov&#225; el Dios de Israel peleaba por Israel. 43Y volvi&#243; Josu&#233;, y todo Israel con &#233;l, al campamento en Gilgal.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkPSA">
 <div class="chapter ch142" data-usfm="PSA.142">
 <div class="label">142</div><div class="s">Petici&#243;n de ayuda en medio de la prueba</div><div class="d">Masquil de David. Oraci&#243;n que hizo cuando estaba en la cueva.#1 S. 22.1; 24.3.</div><div class="q"> 1Con mi voz clamar&#233; a Jehov&#225;;</div><div class="q">Con mi voz pedir&#233; a Jehov&#225; misericordia.</div><div class="q"> 2Delante de &#233;l expondr&#233; mi queja;</div><div class="q">Delante de &#233;l manifestar&#233; mi angustia.</div><div class="q"> 3Cuando mi esp&#237;ritu se angustiaba dentro de m&#237;, t&#250; conociste mi senda.</div><div class="b"></div><div class="q">En el camino en que andaba, me escondieron lazo.</div><div class="q"> 4Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;</div><div class="q">No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.</div><div class="b"></div><div class="q"> 5Clam&#233; a ti, oh Jehov&#225;;</div><div class="q">Dije: T&#250; eres mi esperanza,</div><div class="q">Y mi porci&#243;n en la tierra de los vivientes.</div><div class="q"> 6Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido.</div><div class="b"></div><div class="q">L&#237;brame de los que me persiguen, porque son m&#225;s fuertes que yo.</div><div class="q"> 7Saca mi alma de la c&#225;rcel, para que alabe tu nombre;</div><div class="q">Me rodear&#225;n los justos,</div><div class="q">Porque t&#250; me ser&#225;s propicio.</div>
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 <div class="book bkPSA">
 <div class="chapter ch143" data-usfm="PSA.143">
 <div class="label">143</div><div class="s">S&#250;plica de liberaci&#243;n y direcci&#243;n</div><div class="d">Salmo de David.</div><div class="q"> 1Oh Jehov&#225;, oye mi oraci&#243;n, escucha mis ruegos;</div><div class="q">Resp&#243;ndeme por tu verdad, por tu justicia.</div><div class="q"> 2Y no entres en juicio con tu siervo;</div><div class="q">Porque no se justificar&#225; delante de ti ning&#250;n ser humano.#Ro. 3.20; G&#225;. 2.16.</div><div class="b"></div><div class="q"> 3Porque ha perseguido el enemigo mi alma;</div><div class="q">Ha postrado en tierra mi vida;</div><div class="q">Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.</div><div class="q"> 4Y mi esp&#237;ritu se angusti&#243; dentro de m&#237;;</div><div class="q">Est&#225; desolado mi coraz&#243;n.</div><div class="b"></div><div class="q"> 5Me acord&#233; de los d&#237;as antiguos;</div><div class="q">Meditaba en todas tus obras;</div><div class="q">Reflexionaba en las obras de tus manos.</div><div class="q"> 6Extend&#237; mis manos a ti,</div><div class="q">Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah</div><div class="b"></div><div class="q"> 7Resp&#243;ndeme pronto, oh Jehov&#225;, porque desmaya mi esp&#237;ritu;</div><div class="q">No escondas de m&#237; tu rostro,</div><div class="q">No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.</div><div class="q"> 8Hazme o&#237;r por la ma&#241;ana tu misericordia,</div><div class="q">Porque en ti he confiado;</div><div class="q">Hazme saber el camino por donde ande,</div><div class="q">Porque a ti he elevado mi alma.</div><div class="b"></div><div class="q"> 9L&#237;brame de mis enemigos, oh Jehov&#225;;</div><div class="q">En ti me refugio.</div><div class="q"> 10Ens&#233;&#241;ame a hacer tu voluntad, porque t&#250; eres mi Dios;</div><div class="q">Tu buen esp&#237;ritu me gu&#237;e a tierra de rectitud.</div><div class="b"></div><div class="q"> 11Por tu nombre, oh Jehov&#225;, me vivificar&#225;s;</div><div class="q">Por tu justicia sacar&#225;s mi alma de angustia.</div><div class="q"> 12Y por tu misericordia disipar&#225;s a mis enemigos,</div><div class="q">Y destruir&#225;s a todos los adversarios de mi alma,</div><div class="q">Porque yo soy tu siervo.</div>
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 <div class="book bkJER">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="JER.4">
 <div class="label">4</div><div class="p"> 1Si te volvieres, oh Israel, dice Jehov&#225;, vu&#233;lvete a m&#237;. Y si quitares de delante de m&#237; tus abominaciones, y no anduvieres de ac&#225; para all&#225;, 2y jurares: Vive Jehov&#225;, en verdad, en juicio y en justicia, entonces las naciones ser&#225;n benditas en &#233;l, y en &#233;l se gloriar&#225;n. 3Porque as&#237; dice Jehov&#225; a todo var&#243;n de Jud&#225; y de Jerusal&#233;n: Arad campo para vosotros,#Os. 10.12. y no sembr&#233;is entre espinos. 4Circuncidaos a Jehov&#225;, y quitad el prepucio de vuestro coraz&#243;n, varones de Jud&#225; y moradores de Jerusal&#233;n; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.</div><div class="s">Jud&#225; es amenazada de invasi&#243;n</div><div class="p"> 5Anunciad en Jud&#225;, y proclamad en Jerusal&#233;n, y decid: Tocad trompeta en la tierra; pregonad, juntaos, y decid: Reun&#237;os, y entr&#233;monos en las ciudades fortificadas. 6Alzad bandera en Sion, huid, no os deteng&#225;is; porque yo hago venir mal del norte, y quebrantamiento grande. 7El le&#243;n sube de la espesura, y el destruidor de naciones est&#225; en marcha, y ha salido de su lugar para poner tu tierra en desolaci&#243;n; tus ciudades quedar&#225;n asoladas y sin morador. 8Por esto vest&#237;os de cilicio, endechad y aullad; porque la ira de Jehov&#225; no se ha apartado de nosotros.</div><div class="p"> 9En aquel d&#237;a, dice Jehov&#225;, desfallecer&#225; el coraz&#243;n del rey y el coraz&#243;n de los pr&#237;ncipes, y los sacerdotes estar&#225;n at&#243;nitos, y se maravillar&#225;n los profetas. 10Y dije: &#161;Ay, ay, Jehov&#225; Dios! Verdaderamente en gran manera has enga&#241;ado a este pueblo y a Jerusal&#233;n, diciendo: Paz tendr&#233;is; pues la espada ha venido hasta el alma.</div><div class="p"> 11En aquel tiempo se dir&#225; a este pueblo y a Jerusal&#233;n: Viento seco de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para aventar, ni para limpiar. 12Viento m&#225;s vehemente que este vendr&#225; a m&#237;; y ahora yo pronunciar&#233; juicios contra ellos.</div><div class="p"> 13He aqu&#237; que subir&#225; como nube, y su carro como torbellino; m&#225;s ligeros son sus caballos que las &#225;guilas. &#161;Ay de nosotros, porque entregados somos a despojo! 14Lava tu coraz&#243;n de maldad, oh Jerusal&#233;n, para que seas salva. &#191;Hasta cu&#225;ndo permitir&#225;s en medio de ti los pensamientos de iniquidad? 15Porque una voz trae las nuevas desde Dan, y hace o&#237;r la calamidad desde el monte de Efra&#237;n. 16Decid a las naciones: He aqu&#237;, haced o&#237;r sobre Jerusal&#233;n: Guardas vienen de tierra lejana, y lanzar&#225;n su voz contra las ciudades de Jud&#225;. 17Como guardas de campo estuvieron en derredor de ella, porque se rebel&#243; contra m&#237;, dice Jehov&#225;. 18Tu camino y tus obras te hicieron esto; esta es tu maldad, por lo cual amargura penetrar&#225; hasta tu coraz&#243;n.</div><div class="p"> 19&#161;Mis entra&#241;as, mis entra&#241;as! Me duelen las fibras de mi coraz&#243;n; mi coraz&#243;n se agita dentro de m&#237;; no callar&#233;; porque sonido de trompeta has o&#237;do, oh alma m&#237;a, preg&#243;n de guerra. 20Quebrantamiento sobre quebrantamiento es anunciado; porque toda la tierra es destruida; de repente son destruidas mis tiendas, en un momento mis cortinas. 21&#191;Hasta cu&#225;ndo he de ver bandera, he de o&#237;r sonido de trompeta? 22Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron.</div><div class="p"> 23Mir&#233; a la tierra, y he aqu&#237; que estaba asolada y vac&#237;a; y a los cielos, y no hab&#237;a en ellos luz. 24Mir&#233; a los montes, y he aqu&#237; que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. 25Mir&#233;, y no hab&#237;a hombre, y todas las aves del cielo se hab&#237;an ido. 26Mir&#233;, y he aqu&#237; el campo f&#233;rtil era un desierto, y todas sus ciudades eran asoladas delante de Jehov&#225;, delante del ardor de su ira.</div><div class="p"> 27Porque as&#237; dijo Jehov&#225;: Toda la tierra ser&#225; asolada; pero no la destruir&#233; del todo. 28Por esto se enlutar&#225; la tierra, y los cielos arriba se oscurecer&#225;n, porque habl&#233;, lo pens&#233;, y no me arrepent&#237;, ni desistir&#233; de ello. 29Al estruendo de la gente de a caballo y de los flecheros huy&#243; toda la ciudad; entraron en las espesuras de los bosques, y subieron a los pe&#241;ascos; todas las ciudades fueron abandonadas, y no qued&#243; en ellas morador alguno. 30Y t&#250;, destruida, &#191;qu&#233; har&#225;s? Aunque te vistas de grana, aunque te adornes con atav&#237;os de oro, aunque pintes con antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciar&#225;n tus amantes, buscar&#225;n tu vida. 31Porque o&#237; una voz como de mujer que est&#225; de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo: &#161;Ay ahora de m&#237;! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.</div>
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 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch18" data-usfm="MAT.18">
 <div class="label">18</div><div class="s">&#191;Qui&#233;n es el mayor?</div><div class="r">(Mr. 9.33-37; Lc. 9.46-48)</div><div class="p"> 1En aquel tiempo los disc&#237;pulos vinieron a Jes&#250;s, diciendo: &#191;Qui&#233;n es el mayor en el reino de los cielos?#Lc. 22.24. 2Y llamando Jes&#250;s a un ni&#241;o, lo puso en medio de ellos, 3y dijo: De cierto os digo, que si no os volv&#233;is y os hac&#233;is como ni&#241;os, no entrar&#233;is en el reino de los cielos.#Mr. 10.15; Lc. 18.17. 4As&#237; que, cualquiera que se humille como este ni&#241;o, ese es el mayor en el reino de los cielos. 5Y cualquiera que reciba en mi nombre a un ni&#241;o como este, a m&#237; me recibe.</div><div class="s">Ocasiones de caer</div><div class="r">(Mr. 9.42-48; Lc. 17.1-2)</div><div class="p"> 6Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos peque&#241;os que creen en m&#237;, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.</div><div class="p"> 7&#161;Ay del mundo por los tropiezos!, porque es necesario que vengan tropiezos, pero &#161;ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo! 8Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasi&#243;n de caer, c&#243;rtalo y &#233;chalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.#Mt. 5.30. 9Y si tu ojo te es ocasi&#243;n de caer, s&#225;calo y &#233;chalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.#Mt. 5.29.</div><div class="s">Par&#225;bola de la oveja perdida</div><div class="r">(Lc. 15.3-7)</div><div class="p"> 10Mirad que no menospreci&#233;is a uno de estos peque&#241;os; porque os digo que sus &#225;ngeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que est&#225; en los cielos. 11Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se hab&#237;a perdido.#Lc. 19.10. 12&#191;Qu&#233; os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarr&#237;a una de ellas, &#191;no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se hab&#237;a descarriado? 13Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija m&#225;s por aquella, que por las noventa y nueve que no se descarriaron. 14As&#237;, no es la voluntad de vuestro Padre que est&#225; en los cielos, que se pierda uno de estos peque&#241;os.</div><div class="s">C&#243;mo se debe perdonar al hermano</div><div class="p"> 15Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repr&#233;ndele estando t&#250; y &#233;l solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.#Lc. 17.3. 16Mas si no te oyere, toma a&#250;n contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos#Dt. 17.6; 19.15. conste toda palabra. 17Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18De cierto os digo que todo lo que at&#233;is en la tierra, ser&#225; atado en el cielo; y todo lo que desat&#233;is en la tierra, ser&#225; desatado en el cielo.#Mt. 16.19; Jn. 20.23. 19Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les ser&#225; hecho por mi Padre que est&#225; en los cielos. 20Porque donde est&#225;n dos o tres congregados en mi nombre, all&#237; estoy yo en medio de ellos.</div><div class="p"> 21Entonces se le acerc&#243; Pedro y le dijo: Se&#241;or, &#191;cu&#225;ntas veces perdonar&#233; a mi hermano que peque contra m&#237;? &#191;Hasta siete? 22Jes&#250;s le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.#Lc. 17.3-4.</div><div class="s">Los dos deudores</div><div class="p"> 23Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le deb&#237;a diez mil talentos. 25A este, como no pudo pagar, orden&#243; su se&#241;or venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que ten&#237;a, para que se le pagase la deuda. 26Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Se&#241;or, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagar&#233; todo. 27El se&#241;or de aquel siervo, movido a misericordia, le solt&#243; y le perdon&#243; la deuda. 28Pero saliendo aquel siervo, hall&#243; a uno de sus consiervos, que le deb&#237;a cien denarios; y asiendo de &#233;l, le ahogaba, diciendo: P&#225;game lo que me debes. 29Entonces su consiervo, postr&#225;ndose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagar&#233; todo. 30Mas &#233;l no quiso, sino fue y le ech&#243; en la c&#225;rcel, hasta que pagase la deuda. 31Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su se&#241;or todo lo que hab&#237;a pasado. 32Entonces, llam&#225;ndole su se&#241;or, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdon&#233;, porque me rogaste. 33&#191;No deb&#237;as t&#250; tambi&#233;n tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? 34Entonces su se&#241;or, enojado, le entreg&#243; a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le deb&#237;a. 35As&#237; tambi&#233;n mi Padre celestial har&#225; con vosotros si no perdon&#225;is de todo coraz&#243;n cada uno a su hermano sus ofensas.</div>
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Devocional Del Día | JulioMuestra

Elevo a Dios mi voz

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