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Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkJOS">
 <div class="chapter ch20" data-usfm="JOS.20">
 <div class="label">20</div><div class="s">Josu&#233; se&#241;ala ciudades de refugio</div><div class="p"> 1Habl&#243; Jehov&#225; a Josu&#233;, diciendo: 2Habla a los hijos de Israel y diles: Se&#241;alaos las ciudades de refugio, de las cuales yo os habl&#233; por medio de Mois&#233;s,#Nm. 35.6-32; Dt. 4.41-43; 19.1-13. 3para que se acoja all&#237; el homicida que matare a alguno por accidente y no a sabiendas; y os servir&#225;n de refugio contra el vengador de la sangre. 4Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentar&#225; a la puerta de la ciudad, y expondr&#225; sus razones en o&#237;dos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibir&#225;n consigo dentro de la ciudad, y le dar&#225;n lugar para que habite con ellos. 5Si el vengador de la sangre le siguiere, no entregar&#225;n en su mano al homicida, por cuanto hiri&#243; a su pr&#243;jimo por accidente, y no tuvo con &#233;l ninguna enemistad antes. 6Y quedar&#225; en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregaci&#243;n, y hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote en aquel tiempo; entonces el homicida podr&#225; volver a su ciudad y a su casa y a la ciudad de donde huy&#243;.</div><div class="p"> 7Entonces se&#241;alaron a Cedes en Galilea, en el monte de Neftal&#237;, Siquem en el monte de Efra&#237;n, y Quiriat-arba (que es Hebr&#243;n) en el monte de Jud&#225;. 8Y al otro lado del Jord&#225;n al oriente de Jeric&#243;, se&#241;alaron a Beser en el desierto, en la llanura de la tribu de Rub&#233;n, Ramot en Galaad de la tribu de Gad, y Gol&#225;n en Bas&#225;n de la tribu de Manas&#233;s. 9Estas fueron las ciudades se&#241;aladas para todos los hijos de Israel, y para el extranjero que morase entre ellos, para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese a alguno por accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta que compareciese delante de la congregaci&#243;n.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkJOS">
 <div class="chapter ch21" data-usfm="JOS.21">
 <div class="label">21</div><div class="s">Ciudades de los levitas</div><div class="r">(1 Cr. 6.54-81)</div><div class="p"> 1Los jefes de los padres de los levitas vinieron al sacerdote Eleazar, a Josu&#233; hijo de Nun y a los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel, 2y les hablaron en Silo en la tierra de Cana&#225;n, diciendo: Jehov&#225; mand&#243; por medio de Mois&#233;s que nos fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos para nuestros ganados.#Nm. 35.1-8. 3Entonces los hijos de Israel dieron de su propia herencia a los levitas, conforme al mandato de Jehov&#225;, estas ciudades con sus ejidos.</div><div class="p"> 4Y la suerte cay&#243; sobre las familias de los coatitas; y los hijos de Aar&#243;n el sacerdote, que eran de los levitas, obtuvieron por suerte de la tribu de Jud&#225;, de la tribu de Sime&#243;n y de la tribu de Benjam&#237;n, trece ciudades.</div><div class="p"> 5Y los otros hijos de Coat obtuvieron por suerte diez ciudades de las familias de la tribu de Efra&#237;n, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manas&#233;s.</div><div class="p"> 6Los hijos de Gers&#243;n obtuvieron por suerte, de las familias de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftal&#237; y de la media tribu de Manas&#233;s en Bas&#225;n, trece ciudades.</div><div class="p"> 7Los hijos de Merari seg&#250;n sus familias obtuvieron de la tribu de Rub&#233;n, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabul&#243;n, doce ciudades.</div><div class="p"> 8Dieron, pues, los hijos de Israel a los levitas estas ciudades con sus ejidos, por suertes, como hab&#237;a mandado Jehov&#225; por conducto de Mois&#233;s.</div><div class="p"> 9De la tribu de los hijos de Jud&#225;, y de la tribu de los hijos de Sime&#243;n, dieron estas ciudades que fueron nombradas, 10las cuales obtuvieron los hijos de Aar&#243;n de las familias de Coat, de los hijos de Lev&#237;; porque para ellos fue la suerte en primer lugar. 11Les dieron Quiriat-arba del padre de Anac, la cual es Hebr&#243;n, en el monte de Jud&#225;, con sus ejidos en sus contornos. 12Mas el campo de la ciudad y sus aldeas dieron a Caleb hijo de Jefone, por posesi&#243;n suya.</div><div class="p"> 13Y a los hijos del sacerdote Aar&#243;n dieron Hebr&#243;n con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas; adem&#225;s, Libna con sus ejidos, 14Jatir con sus ejidos, Estemoa con sus ejidos, 15Hol&#243;n con sus ejidos, Debir con sus ejidos, 16A&#237;n con sus ejidos, Juta con sus ejidos y Bet-semes con sus ejidos; nueve ciudades de estas dos tribus; 17y de la tribu de Benjam&#237;n, Gaba&#243;n con sus ejidos, Geba con sus ejidos, 18Anatot con sus ejidos, Alm&#243;n con sus ejidos; cuatro ciudades. 19Todas las ciudades de los sacerdotes hijos de Aar&#243;n son trece con sus ejidos.</div><div class="p"> 20Mas las familias de los hijos de Coat, levitas, los que quedaban de los hijos de Coat, recibieron por suerte ciudades de la tribu de Efra&#237;n. 21Les dieron Siquem con sus ejidos, en el monte de Efra&#237;n, como ciudad de refugio para los homicidas; adem&#225;s, Gezer con sus ejidos, 22Kibsaim con sus ejidos y Bet-hor&#243;n con sus ejidos; cuatro ciudades. 23De la tribu de Dan, Elteque con sus ejidos, Gibet&#243;n con sus ejidos, 24Ajal&#243;n con sus ejidos y Gat-rim&#243;n con sus ejidos; cuatro ciudades. 25Y de la media tribu de Manas&#233;s, Taanac con sus ejidos y Gat-rim&#243;n con sus ejidos; dos ciudades. 26Todas las ciudades para el resto de las familias de los hijos de Coat fueron diez con sus ejidos.</div><div class="p"> 27A los hijos de Gers&#243;n de las familias de los levitas, dieron de la media tribu de Manas&#233;s a Gol&#225;n en Bas&#225;n con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas, y adem&#225;s, Beestera con sus ejidos; dos ciudades. 28De la tribu de Isacar, Cis&#243;n con sus ejidos, Daberat con sus ejidos, 29Jarmut con sus ejidos y En-ganim con sus ejidos; cuatro ciudades. 30De la tribu de Aser, Miseal con sus ejidos, Abd&#243;n con sus ejidos, 31Helcat con sus ejidos y Rehob con sus ejidos; cuatro ciudades. 32Y de la tribu de Neftal&#237;, Cedes en Galilea con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas, y adem&#225;s, Hamot-dor con sus ejidos y Cart&#225;n con sus ejidos; tres ciudades. 33Todas las ciudades de los gersonitas por sus familias fueron trece ciudades con sus ejidos.</div><div class="p"> 34Y a las familias de los hijos de Merari, levitas que quedaban, se les dio de la tribu de Zabul&#243;n, Jocneam con sus ejidos, Carta con sus ejidos, 35Dimna con sus ejidos y Naalal con sus ejidos; cuatro ciudades. 36Y de la tribu de Rub&#233;n, Beser con sus ejidos, Jahaza con sus ejidos, 37Cademot con sus ejidos y Mefaat con sus ejidos; cuatro ciudades. 38De la tribu de Gad, Ramot de Galaad con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas; adem&#225;s, Mahanaim con sus ejidos, 39Hesb&#243;n con sus ejidos y Jazer con sus ejidos; cuatro ciudades. 40Todas las ciudades de los hijos de Merari por sus familias, que restaban de las familias de los levitas, fueron por sus suertes doce ciudades.</div><div class="p"> 41Y todas las ciudades de los levitas en medio de la posesi&#243;n de los hijos de Israel, fueron cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. 42Y estas ciudades estaban apartadas la una de la otra, cada cual con sus ejidos alrededor de ella; as&#237; fue con todas estas ciudades.</div><div class="s">Israel ocupa la tierra</div><div class="p"> 43De esta manera dio Jehov&#225; a Israel toda la tierra que hab&#237;a jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. 44Y Jehov&#225; les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que hab&#237;a jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehov&#225; entreg&#243; en sus manos a todos sus enemigos. 45No falt&#243; palabra de todas las buenas promesas que Jehov&#225; hab&#237;a hecho a la casa de Israel; todo se cumpli&#243;.</div>
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 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="ACT.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">La promesa del Esp&#237;ritu Santo</div><div class="p"> 1En el primer tratado, oh Te&#243;filo,#Lc. 1.1-4. habl&#233; acerca de todas las cosas que Jes&#250;s comenz&#243; a hacer y a ense&#241;ar, 2hasta el d&#237;a en que fue recibido arriba, despu&#233;s de haber dado mandamientos por el Esp&#237;ritu Santo a los ap&#243;stoles que hab&#237;a escogido; 3a quienes tambi&#233;n, despu&#233;s de haber padecido, se present&#243; vivo con muchas pruebas indubitables, apareci&#233;ndoseles durante cuarenta d&#237;as y habl&#225;ndoles acerca del reino de Dios. 4Y estando juntos, les mand&#243; que no se fueran de Jerusal&#233;n, sino que esperasen la promesa del Padre,#Lc. 24.49. la cual, les dijo, o&#237;steis de m&#237;. 5Porque Juan ciertamente bautiz&#243; con agua, mas vosotros ser&#233;is bautizados con el Esp&#237;ritu Santo#Mt. 3.11; Mr. 1.8; Lc. 3.16; Jn. 1.33. dentro de no muchos d&#237;as.</div><div class="s">La ascensi&#243;n</div><div class="p"> 6Entonces los que se hab&#237;an reunido le preguntaron, diciendo: Se&#241;or, &#191;restaurar&#225;s el reino a Israel en este tiempo? 7Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; 8pero recibir&#233;is poder, cuando haya venido sobre vosotros el Esp&#237;ritu Santo, y me ser&#233;is testigos en Jerusal&#233;n, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo &#250;ltimo de la tierra.#Mt. 28.19; Mr. 16.15; Lc. 24.47-48. 9Y habiendo dicho estas cosas, vi&#233;ndolo ellos, fue alzado, y le recibi&#243; una nube que le ocult&#243; de sus ojos.#Mr. 16.19; Lc. 24.50-51. 10Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que &#233;l se iba, he aqu&#237; se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11los cuales tambi&#233;n les dijeron: Varones galileos, &#191;por qu&#233; est&#225;is mirando al cielo? Este mismo Jes&#250;s, que ha sido tomado de vosotros al cielo, as&#237; vendr&#225; como le hab&#233;is visto ir al cielo.</div><div class="s">Elecci&#243;n del sucesor de Judas</div><div class="p"> 12Entonces volvieron a Jerusal&#233;n desde el monte que se llama del Olivar, el cual est&#225; cerca de Jerusal&#233;n, camino de un d&#237;a de reposo.#1.12 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 13Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andr&#233;s, Felipe, Tom&#225;s, Bartolom&#233;, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Sim&#243;n el Zelote y Judas hermano de Jacobo.#Mt. 10.2-4; Mr. 3.16-19; Lc. 6.14-16. 14Todos estos perseveraban un&#225;nimes en oraci&#243;n y ruego, con las mujeres, y con Mar&#237;a la madre de Jes&#250;s, y con sus hermanos.</div><div class="p"> 15En aquellos d&#237;as Pedro se levant&#243; en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en n&#250;mero), y dijo: 16Varones hermanos, era necesario que se cumpliese la Escritura en que el Esp&#237;ritu Santo habl&#243; antes por boca de David acerca de Judas, que fue gu&#237;a de los que prendieron a Jes&#250;s, 17y era contado con nosotros, y ten&#237;a parte en este ministerio. 18Este, pues, con el salario de su iniquidad adquiri&#243; un campo, y cayendo de cabeza, se revent&#243; por la mitad, y todas sus entra&#241;as se derramaron. 19Y fue notorio a todos los habitantes de Jerusal&#233;n, de tal manera que aquel campo se llama en su propia lengua, Ac&#233;ldama, que quiere decir, Campo de sangre.#Mt. 27.3-8. 20Porque est&#225; escrito en el libro de los Salmos:</div><div class="q">Sea hecha desierta su habitaci&#243;n,</div><div class="q">Y no haya quien more en ella;#Sal. 69.25.</div><div class="m">y:</div><div class="q">Tome otro su oficio.#Sal. 109.8.</div><div class="m"> 21Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Se&#241;or Jes&#250;s entraba y sal&#237;a entre nosotros, 22comenzando desde el bautismo de Juan#Mt. 3.16; Mr. 1.9; Lc. 3.21. hasta el d&#237;a en que de entre nosotros fue recibido arriba,#Mr. 16.19; Lc. 24.51. uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrecci&#243;n. 23Y se&#241;alaron a dos: a Jos&#233;, llamado Barsab&#225;s, que ten&#237;a por sobrenombre Justo, y a Mat&#237;as. 24Y orando, dijeron: T&#250;, Se&#241;or, que conoces los corazones de todos, muestra cu&#225;l de estos dos has escogido, 25para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cay&#243; Judas por transgresi&#243;n, para irse a su propio lugar. 26Y les echaron suertes, y la suerte cay&#243; sobre Mat&#237;as; y fue contado con los once ap&#243;stoles.</div>
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 <div class="book bkJER">
 <div class="chapter ch10" data-usfm="JER.10">
 <div class="label">10</div><div class="s">Los falsos dioses y el Dios verdadero</div><div class="p"> 1O&#237;d la palabra que Jehov&#225; ha hablado sobre vosotros, oh casa de Israel. 2As&#237; dijo Jehov&#225;: No aprend&#225;is el camino de las naciones, ni de las se&#241;ales del cielo teng&#225;is temor, aunque las naciones las teman. 3Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque le&#241;o del bosque cortaron, obra de manos de art&#237;fice con buril. 4Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. 5Derechos est&#225;n como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No teng&#225;is temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder.</div><div class="p"> 6No hay semejante a ti, oh Jehov&#225;; grande eres t&#250;, y grande tu nombre en poder&#237;o. 7&#191;Qui&#233;n no te temer&#225;, oh Rey de las naciones?#Ap. 15.4. Porque a ti es debido el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en todos sus reinos, no hay semejante a ti. 8Todos se infatuar&#225;n y entontecer&#225;n. Ense&#241;anza de vanidades es el le&#241;o. 9Traer&#225;n plata batida de Tarsis y oro de Ufaz, obra del art&#237;fice, y de manos del fundidor; los vestir&#225;n de azul y de p&#250;rpura, obra de peritos es todo. 10Mas Jehov&#225; es el Dios verdadero; &#233;l es Dios vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones no pueden sufrir su indignaci&#243;n.</div><div class="p"> 11Les dir&#233;is as&#237;: Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y de debajo de los cielos.</div><div class="p"> 12El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su saber, y extendi&#243; los cielos con su sabidur&#237;a; 13a su voz se produce muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los rel&#225;mpagos con la lluvia, y saca el viento de sus dep&#243;sitos. 14Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia; se averg&#252;enza de su &#237;dolo todo fundidor, porque mentirosa es su obra de fundici&#243;n, y no hay esp&#237;ritu en ella. 15Vanidad son, obra vana; al tiempo de su castigo perecer&#225;n. 16No es as&#237; la porci&#243;n de Jacob; porque &#233;l es el Hacedor de todo, e Israel es la vara de su heredad; Jehov&#225; de los ej&#233;rcitos es su nombre.</div><div class="s">Asolamiento de Jud&#225;</div><div class="p"> 17Recoge de las tierras tus mercader&#237;as, la que moras en lugar fortificado. 18Porque as&#237; ha dicho Jehov&#225;: He aqu&#237; que esta vez arrojar&#233; con honda los moradores de la tierra, y los afligir&#233;, para que lo sientan.</div><div class="p"> 19&#161;Ay de m&#237;, por mi quebrantamiento! mi llaga es muy dolorosa. Pero dije: Ciertamente enfermedad m&#237;a es esta, y debo sufrirla. 20Mi tienda est&#225; destruida, y todas mis cuerdas est&#225;n rotas; mis hijos me han abandonado y perecieron; no hay ya m&#225;s quien levante mi tienda, ni quien cuelgue mis cortinas. 21Porque los pastores se infatuaron, y no buscaron a Jehov&#225;; por tanto, no prosperaron, y todo su ganado se esparci&#243;.</div><div class="p"> 22He aqu&#237; que voz de rumor viene, y alboroto grande de la tierra del norte, para convertir en soledad todas las ciudades de Jud&#225;, en morada de chacales. 23Conozco, oh Jehov&#225;, que el hombre no es se&#241;or de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos. 24Cast&#237;game, oh Jehov&#225;, mas con juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles.</div><div class="p"> 25Derrama tu enojo sobre los pueblos que no te conocen, y sobre las naciones que no invocan tu nombre; porque se comieron a Jacob, lo devoraron, le han consumido, y han asolado su morada.</div>
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<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch24" data-usfm="MAT.24">
 <div class="label">24</div><div class="s">Jes&#250;s predice la destrucci&#243;n del templo</div><div class="r">(Mr. 13.1-2; Lc. 21.5-6)</div><div class="p"> 1Cuando Jes&#250;s sali&#243; del templo y se iba, se acercaron sus disc&#237;pulos para mostrarle los edificios del templo. 2Respondiendo &#233;l, les dijo: &#191;Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedar&#225; aqu&#237; piedra sobre piedra, que no sea derribada.</div><div class="s">Se&#241;ales antes del fin</div><div class="r">(Mr. 13.3-23; Lc. 21.7-24)</div><div class="p"> 3Y estando &#233;l sentado en el monte de los Olivos, los disc&#237;pulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, &#191;cu&#225;ndo ser&#225;n estas cosas, y qu&#233; se&#241;al habr&#225; de tu venida, y del fin del siglo? 4Respondiendo Jes&#250;s, les dijo: Mirad que nadie os enga&#241;e. 5Porque vendr&#225;n muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos enga&#241;ar&#225;n. 6Y oir&#233;is de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turb&#233;is, porque es necesario que todo esto acontezca; pero a&#250;n no es el fin. 7Porque se levantar&#225; naci&#243;n contra naci&#243;n, y reino contra reino; y habr&#225; pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8Y todo esto ser&#225; principio de dolores.</div><div class="p"> 9Entonces os entregar&#225;n a tribulaci&#243;n, y os matar&#225;n, y ser&#233;is aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.#Mt. 10.22. 10Muchos tropezar&#225;n entonces, y se entregar&#225;n unos a otros, y unos a otros se aborrecer&#225;n. 11Y muchos falsos profetas se levantar&#225;n, y enga&#241;ar&#225;n a muchos; 12y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriar&#225;. 13Mas el que persevere hasta el fin, este ser&#225; salvo.#Mt. 10.22. 14Y ser&#225; predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendr&#225; el fin.</div><div class="p"> 15Por tanto, cuando ve&#225;is en el lugar santo la abominaci&#243;n desoladora de que habl&#243; el profeta Daniel#Dn. 9.27; 11.31; 12.11. (el que lee, entienda), 16entonces los que est&#233;n en Judea, huyan a los montes. 17El que est&#233; en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18y el que est&#233; en el campo, no vuelva atr&#225;s para tomar su capa.#Lc. 17.31. 19Mas &#161;ay de las que est&#233;n encintas, y de las que cr&#237;en en aquellos d&#237;as! 20Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en d&#237;a de reposo;#24.20 Aqu&#237; equivale a s&#225;bado. 21porque habr&#225; entonces gran tribulaci&#243;n,#Dn. 12.1; Ap. 7.14. cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habr&#225;. 22Y si aquellos d&#237;as no fuesen acortados, nadie ser&#237;a salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos d&#237;as ser&#225;n acortados. 23Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aqu&#237; est&#225; el Cristo, o mirad, all&#237; est&#225;, no lo cre&#225;is. 24Porque se levantar&#225;n falsos Cristos, y falsos profetas, y har&#225;n grandes se&#241;ales y prodigios, de tal manera que enga&#241;ar&#225;n, si fuere posible, aun a los escogidos. 25Ya os lo he dicho antes. 26As&#237; que, si os dijeren: Mirad, est&#225; en el desierto, no salg&#225;is; o mirad, est&#225; en los aposentos, no lo cre&#225;is. 27Porque como el rel&#225;mpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, as&#237; ser&#225; tambi&#233;n la venida del Hijo del Hombre.#Lc. 17.23-24. 28Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, all&#237; se juntar&#225;n las &#225;guilas.#Lc. 17.37.</div><div class="s">La venida del Hijo del Hombre</div><div class="r">(Mr. 13.24-37; Lc. 21.25-36; 17.25-36; 12.41-48)</div><div class="p"> 29E inmediatamente despu&#233;s de la tribulaci&#243;n de aquellos d&#237;as, el sol se oscurecer&#225;, y la luna no dar&#225; su resplandor, y las estrellas caer&#225;n del cielo,#Is. 13.10; Ez. 32.7; Jl. 2.31; Ap. 6.12-13. y las potencias de los cielos ser&#225;n conmovidas. 30Entonces aparecer&#225; la se&#241;al del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentar&#225;n todas las tribus de la tierra, y ver&#225;n al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo,#Dn. 7.13; Ap. 1.7. con poder y gran gloria. 31Y enviar&#225; sus &#225;ngeles con gran voz de trompeta, y juntar&#225;n a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.</div><div class="p"> 32De la higuera aprended la par&#225;bola: Cuando ya su rama est&#225; tierna, y brotan las hojas, sab&#233;is que el verano est&#225; cerca. 33As&#237; tambi&#233;n vosotros, cuando ve&#225;is todas estas cosas, conoced que est&#225; cerca, a las puertas. 34De cierto os digo, que no pasar&#225; esta generaci&#243;n hasta que todo esto acontezca. 35El cielo y la tierra pasar&#225;n, pero mis palabras no pasar&#225;n.</div><div class="p"> 36Pero del d&#237;a y la hora nadie sabe, ni aun los &#225;ngeles de los cielos, sino solo mi Padre. 37Mas como en los d&#237;as de No&#233;,#Gn. 6.5-8. as&#237; ser&#225; la venida del Hijo del Hombre. 38Porque como en los d&#237;as antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, cas&#225;ndose y dando en casamiento, hasta el d&#237;a en que No&#233; entr&#243; en el arca, 39y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llev&#243; a todos,#Gn. 7.6-24. as&#237; ser&#225; tambi&#233;n la venida del Hijo del Hombre. 40Entonces estar&#225;n dos en el campo; el uno ser&#225; tomado, y el otro ser&#225; dejado. 41Dos mujeres estar&#225;n moliendo en un molino; la una ser&#225; tomada, y la otra ser&#225; dejada. 42Velad, pues, porque no sab&#233;is a qu&#233; hora ha de venir vuestro Se&#241;or. 43Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qu&#233; hora el ladr&#243;n habr&#237;a de venir, velar&#237;a, y no dejar&#237;a minar su casa. 44Por tanto, tambi&#233;n vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendr&#225; a la hora que no pens&#225;is.#Lc. 12.39-40.</div><div class="p"> 45&#191;Qui&#233;n es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su se&#241;or sobre su casa para que les d&#233; el alimento a tiempo? 46Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su se&#241;or venga, le halle haciendo as&#237;. 47De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondr&#225;. 48Pero si aquel siervo malo dijere en su coraz&#243;n: Mi se&#241;or tarda en venir; 49y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50vendr&#225; el se&#241;or de aquel siervo en d&#237;a que este no espera, y a la hora que no sabe, 51y lo castigar&#225; duramente, y pondr&#225; su parte con los hip&#243;critas; all&#237; ser&#225; el lloro y el crujir de dientes.</div>
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