Maternidad Llena De GraciaMuestra
Enseñar
Leer: 2 Timoteo 3:14-15, Salmo 78:4, Proverbios 3:1-2, Deuteronomio 6:6-7
EOAO: Deuteronomio 6:6-7
Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos y les hablarás de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas de camino, al acostarte y cuando te levantes.
En el texto
Cada día se nos da una hermosa oportunidad y responsabilidad: enseñar a nuestros hijos las verdades perdurables de la Palabra de Dios. Es más que una rutina dominical. Es un ritmo diario de compartir, explicar y vivir las Escrituras de una manera que toque sus corazones y mentes.
Deuteronomio 6:6-7 se conoce como el "shema". Era una oración en torno a la cual los judíos centraban sus días y sus vidas. El mandato de seguir la Palabra y los caminos de Dios y transmitirlos a las generaciones futuras sigue siendo una llamada para los creyentes de hoy. No es algo que guíe unas pocas partes de nuestras vidas, sino todos los aspectos, sin importar dónde estemos o qué estemos haciendo.
Nuestro papel como madres en el crecimiento espiritual de nuestros hijos es muy importante. Se trata de alimentar su fe con paciencia y comprendiendo que el crecimiento espiritual, como el físico, es un proceso. Se trata de estar ahí para responder a sus preguntas, orar con ellos y guiarlos para que comprendan que pueden confiar en Dios, incluso cuando el mundo no parece digno de confianza.
Una parte clave del "shema" es el llamamiento a la obediencia. Hebreos 12 nos dice que Dios disciplina a sus hijos por su gran amor y cuidado por su bienestar. Nosotros también tenemos la oportunidad de disciplinar a nuestros hijos cuando son desobedientes a nuestras reglas y a las reglas de Dios. Esta no es una disciplina por enojo o por querer controlar lo que nuestros hijos hacen. Es una respuesta amorosa para ayudarles a ver cómo es una vida floreciente bajo la guía y el cuidado de Dios. Todas necesitamos que se nos recuerde cuando nos hemos desviado del camino y necesitamos volver a un lugar seguro. Esta puede ser una de las partes más difíciles de la paternidad, pero a la que Dios nos ha llamado.
En esos momentos tranquilos a la hora de dormir, en los viajes en el automóvil a la escuela, durante las cenas familiares - cada momento puede ser una oportunidad para hablar de las verdades de Dios en sus vidas. Seamos intencionales en hacer de la Palabra de Dios una presencia constante en nuestros hogares para que ellos puedan ver la importancia de la Palabra de Dios en cada área de sus vidas.
Recuerda, querida amiga, que al enseñarles acerca del amor, las promesas y la fidelidad de Dios, no sólo estamos formando su comprensión de Él, sino también acercándolos a Jesús, el pionero y consumador de nuestra fe (Hebreos 12:2).
Oración
Querido Jesús, guíame mientras enseño a mis hijos Tu Palabra. Ayúdame a hacerlo con amor, paciencia y sabiduría. Que Tus verdades estén en mis labios y en mi corazón, para que pueda impartirlas a mis hijos en todos los aspectos de nuestra vida diaria. Amén.
Pregunta
¿Cuáles son algunas maneras prácticas en que puedes incorporar la enseñanza de la Palabra de Dios en tus interacciones diarias con tus hijos?
Acerca de este Plan
Maternidad Llena de Gracia fue escrito para cada mamá que alguna vez ha cuestionado su valor, se ha sentido abrumada por las exigencias de la crianza de los hijos, o ha anhelado un momento de paz en medio del caos de criar una familia.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://spanish.lovegodgreatly.com