Si Oras Provocas Muestra
La respuesta de Dios a Ana: Sé persistente en la oración
La historia de Ana, registrada en el libro de 1 Samuel, nos brinda una poderosa lección sobre la importancia de la persistencia en la oración y la fidelidad de Dios al responder a las peticiones de sus hijos.
Ana anhelaba fervientemente tener un hijo, pero durante años enfrentó la aflicción de la esterilidad y el desprecio de quienes la rodeaban. A pesar de su dolor, no perdió la fe ni dejó de buscar a Dios en oración. En su angustia, derramó su corazón delante del Señor con persistencia y sinceridad, confiando en que Él escucharía su clamor. Finalmente, Dios respondió a la persistente oración de Ana, concediéndole el anhelo de su corazón al bendecirla con un hijo, Samuel, quien llegaría a ser un gran profeta en Israel.
La historia de Ana nos enseña que la persistencia en la oración es poderosa y que Dios escucha y responde a las peticiones de sus hijos. A través del ejemplo de Ana, somos desafiados a perseverar en oración, aun en medio de las pruebas y desafíos que enfrentamos. Asimismo, se nos recuerda que Dios conoce nuestros anhelos más profundos y que su respuesta siempre llega en su tiempo perfecto y conforme a su voluntad soberana.
La historia de Ana nos inspira a mantenernos firmes en nuestra búsqueda de Dios en oración, confiando en su fidelidad para responder a nuestras peticiones. Que podamos aprender de Ana sobre la importancia de persistir en oración y confiar en el amor y el poder de Dios para obrar en nuestras vidas.
Después de pensar que Ana nunca iba a tener un hijo, la Biblia dice que ella, después de perseverar en oración, recibió respuesta. Pero Ana recibió esa respuesta en el momento indicado; al momento de recibir su respuesta, decidió llamar a su hijo Samuel, que significa “pedido a Dios”, ya que esa fue siempre su petición.
Muchas veces decimos y pensamos por qué nuestra petición no ha sido respondida. Sucede que nosotros siempre pedimos y pedimos a Dios pero no permanecemos en esa petición. Ana siempre tuvo una sola petición y fue la de poder concebir un hijo. Pregúntate por qué si yo le pido a Dios no me ha respondido; pregúntate si estoy siendo perseverante en la oración.
Muchas veces le pedimos a Dios “dame un buen esposo/a”, “dame un carro”, “trae a mi familia a la iglesia”, pero no nos humillamos ante su presencia y no perseveramos en oración; solamente lo hacemos porque decimos “Él es Dios y lo sabe todo”. Pero Dios quiere que seamos como Ana, que asinceres tu corazón y perseveres en tu petición.
Oración:
Padre Celestial, al igual que Ana, anhelamos confiar en tu fidelidad y persistir en la oración, confiando en que escuchas nuestras peticiones. Ayúdanos a mantenernos firmes en la búsqueda de tu voluntad y a esperar el tiempo perfecto para responder a nuestras súplicas. Que podamos aprender de la perseverancia de Ana y buscar tu rostro con sinceridad, sabiendo que Tú eres quien da y quita bendiciones conforme a tu soberana voluntad y que pueda ver cumplida mi petición, así como Ana vio que su petición se cumplió. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Cuando Ana estaba en el templo orando se sintió abrumada al no recibir respuesta, pero en el momento que Ana oró y dejo de derramar lagrimas de amargura, Dios empezo a actuar. En este devocional encontraremos una respuesta para desarrollar una vida de oración.
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Nos gustaría agradecer a Michael Zuñiga por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/michaelzuniga625?igsh=MTZidTlzbDh2bmw0Yg==