Ante La Conciencia De PecadoMuestra

«¿Es buena la ley?»

Pensamos que la ley es buena, Dios es justo, el hombre es malo y necesita perdón. La Biblia dice que la ley es buena, porque cumplió lo que tenía que hacer, magnificó, señaló, acusó, condenó al hombre y le dejó saber que fuera de Dios, no puede hacer nada por sí mismo. Por eso Gálatas dice: «Sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley».  

Todos los años, los hijos de Israel tenían que ofrecer sacrificios por sus pecados para mantener su relación con Dios. La intención de Dios, nunca fue tener un pueblo que mantuviera un conjunto de reglas, sino una familia, con quien tuviera una relación de amor y confianza. El pueblo ofrecía sacrificios continuos, porque su conciencia de pecado siempre los acusaba. 

Pero qué interesante es notar, que el hombre nunca ha iniciado nada hacia Dios, siempre es Dios quien inicia todo proceso de acercamiento y perdón hacia el hombre. Así fue que Dios, manifestó una nueva posibilidad para acercarse al hombre y resolver definitivamente la distancia que los separaba.  

Él mismo decidió descender y hacerse como uno de nosotros. Padeció, sufrió y manifestó su increíble amor, aun despojándose de sí mismo. Se hizo como nosotros para atraernos a Él. No para enseñarnos a morir, sino para enseñarnos a vivir. Esta verdad no se entendió en el tiempo de Pablo, no cabía en la mente legalista de los religiosos. Me temo que la iglesia no ha entendido lo que es la salvación en Cristo Jesús. La carta a los gálatas es la defensa del Evangelio de la gracia, ante el peligro de mezclarlo con la ley. Esto desata una revelación de Jesucristo que lleva a comprender la diferencia entre el antiguo y el nuevo pacto. 

En la iglesia de Galacia, había un problema, los gálatas estaban mezclando la gracia con la ley, los promotores del evangelio legalista del tiempo de Pablo decían: «No hay problema gálatas. Ustedes han recibido a Cristo como el Señor y Salvador de su vida, pero tienen que obedecer a Moisés». Otros decían: «La gracia te salva, pero la ley te mantiene. Si no guardas sus mandamientos te pierdes, te vas al infierno». Algunos agregaban: «La fe es necesaria, pero las obras te garantizan la bendición». 

Hoy decimos: «¡Qué bueno que te convertiste! Nos alegramos que hayas abandonado el vicio de la droga. Toma este libro, es nuestro código que te asegura la salvación. Si lo sigues estrictamente hay una buena probabilidad, pero no te lo puedo garantizar, que te salves». ¿Hacemos lo mismo que los gálatas?