¿Soy Importante Para Alguien?Muestra

Cuando él decía que la lluvia vendría, era una realidad. Cuando él decía que el niño iba a vivir, era un hecho. Cuando él decía que el fuego vendría del cielo, eso iba a pasar. Todo por la fe.

Elías era un hombre de fe, alcanzó grandes victorias, y pudo superar circunstancias que no era posible a los ojos de cualquier humano, todo por esa fe que mueve montañas.

Pero un día todo fue distinto para él. Sintió el peligro y sintió temor. Es extraño... ¿Por qué un hombre de fe, sentiría miedo?, ¿qué pasó en ese momento?

Lo cierto es que Elías huía. Y al momento de huir, estaba agotado, ya había utilizado toda su fe, de esas veces donde dices: "Ya no tengo nada más que hacer, ya oré, ya estoy tratando de hacer todo lo que puedo, no sé si es lo correcto o no, pero estoy cansado de intentar".

En esos momentos el cansancio agota hasta la mente y pensamos que tal vez Dios ya acabó también.
Creemos que el nivel de nuestra fe dicta lo que Dios puede hacer por nosotros.

Ciertamente, la fe mueve montañas, pero si tú no tienes fuerzas y todo se acaba para ti, aun así Dios puede mover montañas y universos también.

Nuestra fe no dictamina la voluntad de Dios y propósito sobre nuestras vidas.

Elías dijo: "Estoy harto Señor, quítame la vida".

Cuando creemos que ya no podemos más, también creemos que Dios no puede más, pero estamos muy lejos de la realidad.

Hace poco escuché a un predicador que dijo:

"Cuando Elías estaba en su mayor momento de fe, fue alimentado por cuervos; pero en su mayor momento de debilidad, en esa montaña, lo alimentaron los ángeles, y Dios mismo se le apareció".

A Dios le importas.

Si estás en tu mayor momento de angustia, tristeza o debilidad, a Dios le importas.

Dios mismo te cobija y no depende de las fuerzas que tengas o si piensas que ya todo acabo.

A Dios le importas.

Podemos alabar y adorar al Dios que todo lo puede, y que gobierna todo con la voluntad de su mano, que no escatimó a su propio hijo para ver nuestra salvación, y que nos ama, sea que tengamos mucha fe, o que nos estemos escondiendo por miedo.

Dios te ama y a Dios le importas.

Si estás escondido, Dios también está allí cuidándote, y preguntando: "¿Por qué estás aquí?". No porque no lo sepa, sino para que entiendas que ya te encontró y su amor te protege por completo.

Si estás en tu mayor momento de fe, Dios está contigo, acompañándote y dándote todo su amor.

Sea que estés con fuerza o sin ninguna, Dios está contigo y a Él le importas.