LA VIGILIA para una vida de intimidad con DiosMuestra
Hemos descuidado la disciplina espiritual de la vigilia. La palabra velar puede traducirse como permanecer despierto, vigilante, alerta. Jesús dijo: “Quédense aquí y velen conmigo” (Mateo 26:38 NTV). “Ustedes... deben estar siempre alerta...” (Mateo 25:13 BLS). “Manténganse... despiertos...” (Mateo 24:42 DHH). “Qué bien les irá a esos siervos a quienes el patrón encuentra despiertos y listos cuando él regresa a casa...” (Lucas 12:37 PDT). “¡Manténganse en guardia!... Pues no saben cuándo regresará el amo de la casa... Que no los encuentre dormidos... ¡Manténganse despiertos esperándolo a él!” (Marcos 13:33-37 NTV). Pablo también nos ordenó vigilar: “Manténganse siempre en estado de alerta... confiando en Cristo...” (1ª Corintios 16:13 TLA). “Renuncien incluso al sueño, si es preciso, y oren con insistencia...” (Efesios 6:18 BLPH). “Entréguense a la oración con espíritu vigilante...” (Colosenses 4:2 BLPH). Jesús prometió una bendición especial para aquellos que vigilan: “¡Dios bendecirá al que se mantenga despierto...!” (Apocalipsis 16:15 BLS).
En el pasaje de Mateo 26, Jesús les había pedido a sus discípulos velar y orar para no ceder a la tentación. ¿A qué tentación se refería? ¡A la de negarlo! Los discípulos descuidaron su vida de oración y sucumbieron a la tentación de abandonar al Señor. Quizás alguien diga: “Yo no he negado a Jesús”, pero no debería estar tan seguro. No compartir la fe en la universidad, el colegio, la calle o el trabajo es negar a Jesús. Sin darnos cuenta, colaboramos con los propósitos del diablo al callarnos y encerrar las buenas noticias entre las cuatro paredes del templo. No predicar a Cristo implica avergonzarse de Él; y es en definitiva, lo mismo que negarlo. El diablo no se molesta cuando profesamos nuestra fe de puertas hacia adentro, pero ‘se brota’ cuando salimos a la calle y nos convertimos en mensajeros del amor de Dios: “Estaban sumamente molestos porque Pedro y Juan enseñaban a la gente” (Hechos 4:2 NTV).
¡Comparte el Evangelio con tus familiares y amigos cercanos! Háblales a tus compañeros de trabajo lo que Cristo hizo en tu vida. El precio por hacerlo no será tan alto como el que pagaron aquellos primeros cristianos. A lo sumo algunas ‘burlitas’, un dedo para abajo en las redes sociales o un ‘no me gusta’ en el face. Y eso es todo. Quizás sufras persecución mediática y seas denostado públicamente, pero solo por un ratito. Nada que comprometa tu integridad física ni la de tu familia. Y sin embargo nos avergonzamos de nuestro Señor, negándole la posibilidad de ser conocido en el mundo. Jesús dijo: “Todo aquel que me reconozca en público aquí en la tierra también lo reconoceré delante de mi Padre en el cielo. Pero al que me niegue aquí en la tierra, también yo lo negaré delante de mi Padre en el cielo” (Mateo 10:32-33 NTV).
Acerca de este Plan
Queremos conducirte a vivir una intimidad creciente con Dios, e incentivarte a perseverar en el lugar secreto. Te revelaremos las múltiples ventajas de permanecer en ese bendito sitio, siendo la más importante de todas el conocer a tu buen Dios y ser conocido por Él en una relación diaria y cercana.
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/