VIVIR EN EL ESPÍRITU para una vida de intimidad con DiosMuestra

Echemos un vistazo al ministerio de Jesús. Nunca siguió un método específico para predicar el Evangelio. Enseñaba en las sinagogas, en las laderas de las montañas, en los aljibes públicos y a orillas de los lagos. Tampoco se apegó a un modelo para liberar endemoniados, resucitar muertos o sanar enfermos. Cuando diez leprosos se acercaron buscando ayuda Jesús les ordenó presentarse a los sacerdotes y, mientras viajaban, recibieron la sanidad. En cambio, a un ciego simplemente le dijo: “Sé sano”. En cierta ocasión sacó a un ciego fuera de la aldea e hizo lodo con su saliva para aplicárselo en los ojos. A unos tocaba y a otros simplemente les declaraba sanidad.

Jesús no nos dejó un modelo de cómo fundar iglesias ni cuántos ministerios debieran existir en una congregación. No dijo nada de cómo seleccionar y capacitar a los nuevos líderes, ni siquiera cómo debíamos predicar. Nadie puede afirmar que la forma correcta y bíblica para evangelizar es presentar primero nuestro testimonio personal para seguir luego con las cuatro leyes espirituales. Jesús no especificó que nuestra predicación comenzara hablándole a la gente del gran amor de Dios, sin antes decirles que todos somos pecadores y estamos perdidos a menos que aceptemos por fe el sacrificio que Él hizo en la cruz. ¿Y sabes por qué no nos reveló todas esas cosas? Para que dependiéramos enteramente del Espíritu Santo. Es más, Jesús dijo que cuando fuéramos interpelados o intimados para defender nuestra fe no deberíamos preocuparnos porque el Espíritu Santo nos mostraría qué decir (Lucas 12:11-12).

Mujer, la estrategia para ganar a tu esposo te la dará el Señor en el lugar secreto. La misma palabra es válida para el marido creyente cuya esposa está alejada de Dios. Mamá, papá, la manera para que tus hijos vuelvan al camino de Dios te será revelada en la carpa del encuentro. Allí se ganan las batallas imposibles. ¿Estás en un cruce de caminos y no sabes qué hacer? ¿Necesitas sabiduría en tus negocios, dirección en tu familia, consejo sabio o acompañamiento de algún tipo? Dios tiene la solución y en su presencia conocerás la respuesta.

Pastor, ¿qué método emplear para discipular a los miembros? ¿Cómo formar a los nuevos líderes? Busca a Dios y Él te dirá lo que tengas que hacer. No existe un mejor consejo, ni uno que sea más bíblico. Pero aunque lo sabemos no estamos dispuestos a pagar el precio. Dios no revela sus planes a los adoradores descuidados. Nada es más importante que crecer en una relación vibrante, activa y cada vez más profunda con el Señor. Que tu voz sea familiar en el cielo y tu intercesión poderosa para desbaratar cualquier artimaña del enemigo y traer del cielo los recursos para toda buena obra.