¿Cómo Hago Para Creer? - Respuestas Bíblicas a Asuntos Del CorazónMuestra

Día 3: La Pregunta de Juan el Bautista

La pregunta de Juan el Bautista, "¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?" nos lleva al corazón de la lucha de la fe.

El pasaje de Mateo 11:1 marca un cambio en el ministerio de Jesús. Después de instruir a sus discípulos sobre el Reino de Dios y el costo de seguirlo, Jesús se dispuso a enseñar y predicar en las ciudades cercanas. Este tránsito es crucial ya que demuestra la transición de la enseñanza a la acción.

Juan el Bautista, desde la cárcel, envió a sus discípulos a preguntar si Jesús era realmente el Mesías esperado. Esta pregunta, aparentemente simple, refleja la confusión de Juan sobre la discrepancia entre las acciones de Jesús y sus expectativas mesiánicas. La situación de Juan, encarcelado y enfrentando la realidad de su sufrimiento, desencadena una crisis de fe.

Este dilema surge en muchos de nosotros que, como Juan, nos enfrentamos a momentos de dolor y cuestionamos la presencia de Dios en medio de las pruebas. ¿Cómo reconciliar la fe con el sufrimiento? ¿Cómo sostener la creencia en un Dios bueno cuando las circunstancias son adversas?

La pregunta de Juan es una invitación a explorar nuestras propias dudas y luchas internas. En tiempos de dificultad, es natural cuestionar la bondad y el propósito de Dios. Pero estas preguntas también nos llevan a un encuentro más profundo con nuestra fe y con la persona de Jesús.

La respuesta de Jesús a Juan revela su compasión y poder. En lugar de ofrecer una explicación teológica, Jesús señala a las obras que realiza: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y se predica el evangelio a los pobres. Estos milagros no solo son evidencia de su identidad mesiánica, sino también una declaración de su amor por los necesitados y su capacidad para traer esperanza y transformación en medio del sufrimiento.

La pregunta de Juan y la respuesta de Jesús nos desafían a reflexionar sobre nuestra propia relación con Dios en momentos de dificultad. ¿Confiamos en su bondad y poder incluso cuando nuestras circunstancias parecen desafiar nuestra fe? La historia de Juan nos recuerda que, aunque nuestras preguntas puedan ser legítimas, la respuesta de Dios siempre es una invitación a confiar en su amor y providencia, incluso en medio de la incertidumbre y el sufrimiento.

Oración: Dios misericordioso, en nuestros momentos de duda y confusión, ayúdanos a recordar tu amor incondicional y tu gracia abundante. Fortalécenos en nuestra fe y ayúdanos a confiar en tu plan perfecto, incluso cuando no entendemos completamente nuestras circunstancias. Amén.