Fuera del CampamentoMuestra

Fuera del campamento

por Rocky Fleming

El Gozo del reproche

"Así que Jesús también padeció fuera de la puerta para santificar al pueblo por medio de su propia sangre. Por lo tanto, vayamos a él fuera del campamento y llevemos el oprobio que soportó. (Hebreos 13:12-13 NVI).

Si alguien dice que eres irreprochable, te ha hecho un cumplido. Significa que no mereces ser culpado o criticado por algo, especialmente cuando hablan de tu palabra y de tu carácter. Por otro lado, el reproche significa que eres merecedor de críticas y desaprobación, y cualquier cosa negativa que se diga sobre ti está justificada. En otras palabras, has hecho algo que merece condenación, reprensión o culpa. Cuando leemos la palabra oprobio como se menciona en nuestra referencia de las Escrituras, se refiere al mismo significado. Si podemos establecer el hecho de que es la crítica y la desaprobación lo que Jesús soportó, entonces podemos entender a lo que se nos pide unirnos con Jesús fuera del campamento. Es llevar el mismo reproche que tuvo Jesús. Ahora, con Jesús, Él no merecía esta crítica o condenación. Era inocente de todos los cargos presentados contra él que Poncio Pilato confirmó. Aun así, fue criticado, condenado y crucificado porque su misión era ayudar a los demás asumiendo nuestro oprobio. Te mereces este reproche. La humanidad merece este reproche. Merezco este reproche. Pero Jesús se puso en nuestro lugar y tomó nuestro oprobio sobre sí mismo. Él no merecía esto, porque si alguien hubiera sido irreprochable, ese era Jesús.

Esta base de comprensión es importante, porque necesitamos comprender que no se nos pide simplemente que seamos honestos con nuestros fracasos y asumamos la responsabilidad de nuestros errores, aunque el buen carácter lo exija. En esos casos, merecemos pagar el precio de las consecuencias por nuestro mal juicio y malas decisiones. Lo que se nos pide que hagamos al salir del campamento es diferente. Se nos pide que asumamos críticas desatendidas, que seamos malinterpretados y juzgados negativamente como lo fue Jesús, y que lo hagamos porque somos discípulos de Cristo.

Creo que tendemos a pensar o esperar que seguir a Jesús es un camino fácil, y que la prosperidad cae a cada lado de nuestro camino mientras caminamos alegremente por la vida. Escuchamos a algunos pastores predicar este mensaje incorrecto y atraen a grandes audiencias con su mensaje alentador. Pero lo que predican no es el Evangelio, ni Jesús promete lo que prometen. De hecho, Jesús dijo que sus discípulos serían expulsados de las sinagogas. Somos perseguidos porque somos sus discípulos. Él dijo que tendríamos tribulación. Dijo que lo esperáramos, si enseñábamos lo que Él enseñó y vivíamos como Él vivió. Lamento darles a algunos de ustedes esta noticia, porque podría causarles algún desaliento. Sin embargo, tengan paciencia conmigo porque las buenas noticias aún están por venir.

El Evangelio significa "Buenas Nuevas". El Evangelio puro, sin diluir ni amortiguar, tiene algunas implicaciones iniciales aterradoras cuando lo escuchamos o nos paramos frente a él. Es una buena noticia, una mala noticia. Amamos la idea de la salvación, el cielo y la gracia, y ninguna condenación. Todo eso es una muy buena noticia. Pero Jesús también habló de una especie de muerte en vida, que se llama vida consagrada por estar verdaderamente identificados con Él. La consagración es nuestra elección, y nos asusta abrazarla. Se necesita mucha fe y coraje para dar ese paso. Pero la mejor noticia en esta vida es cómo el Evangelio nos lleva a una vida de valentía y abandono de nosotros mismos y deleite al compartir el oprobio que Jesús recibió. Cuando eso sucede, nos regocijamos de poder unirnos a Él, y en nuestro futuro nos alegraremos de haberlo hecho.

"Mas regocijaos en cuanto participáis de los padecimientos de Cristo, para que os llenéis de gozo cuando se manifieste su gloria" (1 Pedro 4:13 NVI).