Cómo Encontrar La Voluntad De Dios Parte 1Muestra

«Sintonícese con la voluntad de Dios»

En septiembre de 1862, después que el ejército de la Unión perdió la segunda Batalla de Bull Run, el presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, escribió estas palabras de reflexión sobre la voluntad de Dios:

La voluntad de Dios prevalece. En los grandes concursos, cada parte afirma actuar conforme a la voluntad de Dios. Ambos pueden estar equivocados, y uno debe estarlo. Dios no puede estar a favor y en contra de lo mismo al mismo tiempo. En la Guerra Civil presente, es bastante posible que el propósito de Dios sea algo distinto del propósito de cualquiera de los bandos.

El presidente Lincoln entendió, que a pesar de su deseo de que el ejército de la Unión prevaleciera y que la guerra terminara rápidamente, Dios podría tener un plan distinto en mente. Sus propósitos no siempre son transparentemente claros para nosotros; pero que su corazón sea conocido por sus hijos no cambia nunca. Jamás. Revelarse a sí mismo es su deseo, y una vez que descubrirlo a Él se convierte en «nuestro» deseo, vemos cómo el mundo se inclina en una dirección diferente y nuestras actividades comienzan a hacer lugar a su propósito.

Cuando en nuestro receptor de radio tenemos interferencia y recibimos dos señales al mismo tiempo, las señales mezcladas generan mensajes mezclados. Si esto lo aplicamos a nuestro caminar con Dios, podemos decir que la mala recepción de las señales espirituales da como resultado una mala teología. Flotamos hacia adelante y hacia atrás entre lo santo y lo mundano. Nos movemos entre lo profano y lo ridículo, y vamos de lo eterno a lo temporal.

Necesitamos un punto inamovible, una señal fuerte a la cual sintonizar nuestro corazón. Nuestros caprichos, necesidades y deseos, son imperfectos y fugaces, pero los deseos de Dios por nosotros son firmes y verdaderos. Ellos son el punto inamovible por el que podemos reconocer y entender todo lo demás. Podemos convertirlo en nuestro objetivo. Dios hace su objetivo claro, su señal nunca oscila y suena con claridad en las ondas de nuestro corazón.

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