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Palabras de Jesús

Muchas veces rogamos al Señor que nos hable, que nos dé dirección, porque queremos oírle. Cuando no recibimos las respuestas a esas oraciones resentimos el hecho de que Dios no nos haya hablado como esperábamos. Pero nada más lejos de la verdad, porque Dios nos ha dejado en su Palabra su consejo para nuestras vidas. Allí está todo lo que necesitamos para ir de día en día disfrutando de su dirección.

Quiero compartir con ustedes algunos consejos de Jesús que nos dan luz para el camino y nos ayudan a vivir bajo su dirección.

Uno de esos consejos es “No os afanéis” (Mt. 6:25-34) y es una palabra pertinente para todos los tiempos. Porque una de las cosas que más se repite en nuestras vidas es esa tendencia a preocuparnos y afanarnos por lo mucho y por lo poco. El querer estar en control de todo, así como el sentido de impotencia que nos causa el no saber lo que vendrá, y el no poder lidiar con lo que nos preocupa, son cosas que se agolpan sobre nosotros para espantarnos la paz.

Entonces escuchamos a Jesús decirnos: “No os afanéis por vuestra vida.” Si leemos el pasaje completo nos vamos a dar cuenta que Jesús está desviando nuestra mirada de las preocupaciones terrenales a lo que es primero, o sea el reino de Dios. Lo glorioso es que Él no se desentiende de nuestras necesidades. Él sabe y Él nos ayuda, nos provee, nos cuida, no sólo supliendo nuestras necesidades físicas sino las más importantes que son las espirituales. Él nos da la paz, la fe, la esperanza, la fortaleza y el ánimo, el consuelo y todo lo que nuestra alma necesita para vivir en paz y resistir el día malo.

Jesús también nos dice que permanezcamos en sus palabras, porque son verdad y vida. “Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” Jn. 17:17 Conocer y obedecer sus palabras es garantía de una guianza celestial continua para nuestras vidas. Él es la luz verdadera, por lo que entregándole a Él nuestro camino, es alumbrado y podemos descansar en que Él sabe y tiene todo bajo control.

Una de las mayores y preciadas bendiciones que tenemos los hijos de Dios, es que Jesús nos ha dado el Espíritu Santo. Escuchemos su promesa: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.” Jn. 14:26 En la palabra de Dios tenemos valiosísimos tesoros de sabiduría, que si los buscamos y los descubrimos, serán para nosotros una fuente continua de dirección y del sabio consejo de Dios.

Cuando volvamos a pensar que Dios no nos habla, quitemos tal pensamiento de nuestras mentes, porque no hay nada más lejos de la verdad. Él está en una continua conversación con sus hijos a través de su Palabra. Cuán bendecidos somos de tenerla y de disfrutar la libertad de ir a ella con la certeza de que Dios nos va a hablar.