LA ORACIÓN para una vida de intimidad con DiosMuestra

“Cierto día, Jesús les contó una historia a sus discípulos para mostrarles que siempre debían orar y nunca darse por vencidos” (Lucas 18:1 NTV).

“Tengan paciencia en las dificultades y sigan orando” (Romanos 12:12 NTV).

“Nunca dejen de orar” (1ª Tesalonicenses 5:17 NTV).

“Dedíquense a la oración...” (Colosenses 4:2 NTV).

“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo...” (Filipenses 4:6 NTV).

“Oren... en todo momento y en toda ocasión...” (Efesios 6:18 TV).

La voluntad de Dios es que oremos. Y entonces, ¿por qué no oramos?

Porque no sabemos cómo hacerlo. ¡Y no sabemos porque no oramos! El Espíritu Santo les enseña a orar a quienes oran: “Cuando venga el Espíritu... él los guiará...” (Juan 16:13 NTV). Puedes escuchar mensajes, leer libros y tomar cursos acerca de la oración y no por eso aprenderás a orar. Podrías escuchar a un eximio pianista tocar música durante un año, pero eso no te enseñará a tocar ese instrumento. Las cosas de valor no se consiguen sin la práctica. ¡Solo los que oran aprenden a orar!

Porque no sabemos si Dios nos escucha. La Biblia dice: “Cuando oren, los escucharé” (Jeremías 29:12 NTV). Solo una cosa impide que nuestras oraciones sean escuchadas: el pecado. “...Sus pecados han hecho que Dios se tape los oídos y no quiera escucharlos” (Isaías 59:2 (TLA). ¡Cuando exista pecado no confesado ni juzgado en la presencia del Señor, la oración no funcionará!

Porque dudamos de que sean contestadas. Sin embargo, Dios “responde a nuestras oraciones” (Salmo 65:2 NTV). “Les responderé antes que me llamen. Cuando aún estén hablando de lo que necesiten, ¡me adelantaré y responderé a sus oraciones!” (Isaías 65:24 (NTV). Jesús dijo: “Pidan, y Dios les dará...” (Mateo 7:7 PDT). Dios no se burla de sus hijos. Si promete responder a sus oraciones es porque lo hará.