Caminando Con JesúsMuestra

Viernes Santo - Salvador abandonado

Ha llegado el viernes, el día del arresto, juicio, negación, tortura y muerte de Jesús. A pesar de todo, declararemos increíblemente que este día es bueno. De hecho, es tan bueno que este fatal viernes será conocido precisamente así: Viernes Santo.

Pero, ¿por qué? Esos eventos parecen ser exactamente lo opuesto a "buenos". De hecho, parecen terribles. Vamos a recorrer este día junto con Jesús, siguiendo sus pasos mientras soporta evento tras evento terrible, para ver exactamente cómo este día crucial en la historia podría llamarse alguna vez bueno.

Primero, considera el arresto de Jesús y la traición por parte de uno de sus amigos más cercanos, nada menos.

"Entonces Judas fue directamente a Jesús. '¡Saludos, Rabí!' exclamó y le dio un beso. 'Jesús dijo: 'Amigo mío, adelante y haz lo que has venido a hacer'. 'Entonces los otros agarraron a Jesús y lo arrestaron" (Mateo 26:49-50 NTV).

En este momento de crisis, todos los otros discípulos desertaron de Jesús. Jesús haría su aparición ante el tribunal religioso solo, un tribunal convocado para juzgarlo como un hereje por afirmar ser el Hijo de Dios.

"Entonces el sumo sacerdote le dijo: '¡Te exijo en el nombre del Dios vivo que nos digas si eres el Mesías, el Hijo de Dios!' Jesús respondió: 'Tú lo has dicho. Y en el futuro, verás al Hijo del Hombre sentado en el lugar de poder a la derecha de Dios y viniendo en las nubes del cielo'. 'Entonces el sumo sacerdote rasgó sus ropas para mostrar su horror y dijo: '¡Blasfemia! ¿Por qué necesitamos otros testigos? Todos han oído su blasfemia. ¿Cuál es su veredicto?' '¡Culpable!' gritaron. '¡Merece morir!'" (Mateo 26:63-66 NTV).

Este tribunal no buscaba la verdad. Si lo hubieran hecho, se habrían dado cuenta de que la Verdad misma estaba ante ellos como Hijo y Salvador. En cambio, condenan al Hijo de Dios a muerte. Para llevar a cabo su malvada sentencia, los fariseos se confabularon con los romanos, presionando a Pilato para que lo sentenciara, el único hombre verdaderamente inocente de la historia, a una flagelación espantosa seguida de un tortuoso camino hacia la cruz. Pero antes de que se infligiera ese dolor físico, se repartió otra ronda de dolor emocional por parte de uno de los amigos más cercanos de Jesús, Pedro, quien negó incluso conocerlo.

"Poco después, algunos de los otros presentes se acercaron a Pedro y dijeron: 'Tú debes ser uno de ellos; podemos decir por tu acento galileo'. Pedro juró: '¡Maldición sobre mí si estoy mintiendo! ¡No conozco al hombre!' Y en ese mismo instante cantó el gallo" (Mateo 26:73-74 NTV).

Imagina el dolor de escuchar esta negación. Física, emocional y espiritualmente, Jesús estaba completamente solo en su camino hacia la cruz.

¿Todavía te preguntas cómo este día podría considerarse alguna vez "bueno"? Increíblemente, lo peor aún está por venir.

"Después de que lo clavaron en la cruz, los soldados jugaron a los dados por su ropa. Luego se sentaron y se quedaron de guardia mientras él colgaba allí. Se colocó un letrero sobre la cabeza de Jesús, anunciando el cargo en su contra. Decía: 'Este es Jesús, el Rey de los Judíos'. Dos revolucionarios fueron crucificados con él, uno a su derecha y otro a su izquierda" (Mateo 27:35-38).

Ahora presenciamos el gran costo de Jesús al entregarse por nosotros.

"Al mediodía, toda la tierra quedó en oscuridad hasta las tres de la tarde. Alrededor de las tres de la tarde, Jesús clamó a gran voz: 'Elí, Elí, ¿lama sabactani?', que significa: 'Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?'" (Mateo 27:45-46 NTV).

Por primera vez en toda la eternidad, Dios el Padre y Dios el Hijo fueron separados, ya que Jesús "que no conoció pecado, fue hecho pecado por nosotros para que nosotros fuéramos hechos justicia de Dios" (2 Corintios 5:21). En ese momento, Él es abandonado en nuestro lugar.

Entonces llega el evento cataclísmico hacia el cual se ha movido toda la historia: la muerte del Hijo de Dios.

"Luego Jesús volvió a gritar y entregó su espíritu. En ese momento, el velo del santuario del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. La tierra tembló, las rocas se partieron y se abrieron tumbas. . . El oficial romano y los otros soldados en la crucifixión estaban aterrorizados por el terremoto y todo lo que había sucedido. Dijeron: 'Este hombre realmente era el Hijo de Dios!'" (Mateo 27:50-52, 54 NTV).

Y sin embargo, llamamos a este día santo.

¿Cómo puede ser? ¿Cómo puede ser santo cualquiera de esto?

Es santo por el bien que Jesús logró.

Incluso antes de que Jesús resucitara de entre los muertos el domingo por la mañana (¡spoiler! pero espero que ya lo hayas visto venir), su sacrificio estaba cambiando las cosas aquí en la tierra. La separación entre Dios y el hombre se estaba levantando, demostrada por el desgarramiento del velo del Templo que simbólicamente separaba a las personas de la presencia de Dios. A través de todos los terribles eventos que Jesús soportó, el camino se abrió finalmente para que los pecadores perdidos entraran en una relación con Dios. ¡No podría haberse logrado un bien mayor en la tierra!

Y aún así, Jesús mismo es colocado en una tumba. Sus seguidores están asustados y afligidos. Todavía no conocen el bien que su amigo ha hecho.

Pregunta de reflexión:

• ¿Qué impacto tiene caminar con Jesús a través de los eventos del Viernes Santo en ti? ¿Cómo encuentras esperanza sabiendo que cuando Dios está involucrado, las cosas no siempre son como parecen?
• Como el "santo" en Viernes Santo, ¿qué bueno o santo has encontrado en tus temporadas oscuras? ¿Cómo ha redimido Dios el dolor y la dificultad en tu vida para traer algo bueno que no esperabas?
• ¿Cómo puedes confiar en Él hoy recordando que Jesús soportó lo peor para que ya no estuvieras separado de Dios?