La Iglesia Del ReinoMuestra

«Todas las cosas creadas son buenas»

Según el epistolario paulino, todas las cosas creadas son buenas, pero el mundo está sujeto actualmente a la fuerza negativa del pecado y se opone a Dios. Sin embargo, este juicio negativo sobre el mundo no es absoluto, aunque sea frecuente, porque el mundo es objeto de la redención obrada por Cristo. “Porque Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo”, (2 Corintios 5:19). 

Los cristianos se encuentran en el mundo, no son llamados a salir de él, sino a difundir en él la luz. El orden social resulta transformado, a través de una acción directa de la comunidad cristiana sobre las estructuras sociales, introduciendo un nuevo hombre con otro espíritu que refleje, coherentemente, la influencia de los hijos de reino. 

Entre las cosas de este mundo se encuentra el orden social. Un elemento propio determinante es la autoridad pública. Pablo ofrece en la carta a los Romanos una enseñanza precisa acerca del debido comportamiento de respeto y obediencia de los cristianos frente a ella. Inicialmente podría parecer un programa de inmovilismo sociopolítico, de plena adaptación al sistema. Pero, si se observa detenidamente, la posición del apóstol indica a los cristianos una misión fuertemente transformadora. 

En efecto, aun recogiendo motivaciones de tipo temporal, confirma repetidamente que la sumisión a la autoridad responde al orden establecido por Dios: debe vivirse en presencia de Dios, ya que es una cuestión de conciencia. Obedecer a la autoridad civil y pagarle los tributos es obedecer y pagar a un servidor de Dios, pero de igual forma nuestro respeto a la autoridad constituida está supeditado al ejercicio de una autoridad que no atenta contra los principios del gobierno de Dios. 

En otros pasajes de las cartas paulinas diversos elementos del orden social resultan transformados según la misma modalidad, la relación entre los esposos; la condición de los esclavos, el valor y uso de las riquezas, (1 Timoteo 6:17-19); la paz social, (Romanos 12:17-21); el valor del trabajo, (2 Tesalonicenses 3:7-12). 

Es interesante que de igual forma, la primera carta del apóstol Pedro ofrece una enseñanza paralela: Sobre la sumisión a la autoridad civil, (1 Pedro 2:13-15);  sobre la sumisión de los esclavos a los amos, (1 Pedro 2:18-21), sobre la relación entre los esposos, (1 Pedro 3:1-7).