Quiero Ser Como TúMuestra

DIA 10: Diligencia.

Para muchas personas asocian la palabra “diligencia” a las películas del viejo oeste, con un carro tirado por caballos, gente adentro viajando dentro y con las maletas en el techo, como si fuera un viejo ómnibus; este servicio era “Transporte de personas y encomiendas con diligencia”.

¿Qué es diligencia? Cuidado, prontitud, agilidad, competencia en la acción.

Yo conocía otra palabra, esa sí la tenía bien clara: pereza ¡Y resulta que diligencia es lo contrario a la pereza!

Ser perezosos no es algo bueno, a Dios no le gusta, pero lo que sí le gusta es que seamos diligentes, es decir que hagamos las cosas en tiempo y forma.

¡Qué difícil es ser diligente y que fácil se nos da ser perezosos!

Jesús enseña en una parábola acerca de esta virtud, contándonos de unos siervos que fueron diligentes en cuanto a lo que se les había entregado. Sin embargo, uno de ellos fue perezoso, y al contrario de los otros, no tuvo recompensa.

La pereza no es buena, sin embargo cuando somos rápidos en obedecer y además lo que vamos a hacer lo hacemos de la mejor manera, siempre habrá recompensa para ello, aunque sea la satisfacción del deber cumplido y la sonrisa de nuestros padres con nosotros. No todo lo que hacemos tiene que tener un premio, pero siendo perezosos, nunca lo habrá.

Quiero guiarte en una oración: Dale gracias a Dios por la enseñanza, por haber aprendido algo nuevo hoy; pídele que te ayude siempre a ser diligente, a hacer las cosas en forma correcta y en el tiempo indicado y pídele perdón si has sido perezoso/a en obedecer.