LA ETERNIDAD: Un Regalo de DIOSMuestra
EL DON DE LA ETERNIDAD.
Billy Graham, con su habitual profundidad, nos dice que “…Dios te puso a ti en el viaje. … Fuiste parte de su plan desde toda la eternidad”. Nuestra vida es un viaje que inicia en este mundo y que continuará en el cielo.
Nuestra permanencia en este mundo es temporal, es decir, estamos de paso. Para algunos, es un periodo breve de tiempo, para otros, un plazo más extenso, pero lo cierto es que nuestra residencia permanente será en el cielo. En el cielo viviremos por la eternidad con Dios.
El autor del libro de Hebreos lo expone de la siguiente forma: “Conforme a la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (Hebreos 11:13).
Como vivimos en un mundo que se basa en un concepto del tiempo medible en segundos, minutos, horas, días, meses, años, décadas, siglos y milenios, un concepto como la eternidad nos resulta difícil de entender. David Jeremiah lo expone de esta forma: “Eternidad. Provoca esperanza y desafía el entendimiento”. O como lo diría John Newton: “El tiempo, ¡qué corto! La eternidad, qué larga”.
Entendemos el concepto de eterno cuando pensamos en Dios. Nuestro Dios es eterno, lo que quiere decir que no tiene principio y no tendrá fin.
A. W. Tozer lo expone de la siguiente forma: “El Dios todopoderoso habita en un ahora eterno que no se ve afectado por el paso del tiempo. El sol que se levanta en el este por la mañana no hace que Dios sea un día más viejo cuando se pone en el oeste por la tarde. No afecta a la perfección infinita de este Dios eterno. Dios es soberano del ayer, el hoy y el para siempre …”. AMÉN.
Nosotros, los hijos de Dios, gozamos de este ADN eterno, lo que significa que cuando Cristo venga y seamos transformados, disfrutaremos de la plenitud de Dios eternamente.
Escrituras
Acerca de este Plan
Vivimos en un mundo que nos envuelve y nos hace pensar que le pertenecemos. Nos han enseñado que la vida consiste en nacer, crecer y morir. Cuando nos convertimos en hijos de Dios, el Espíritu Santo nos enseña que somos ciudadanos celestiales y que este mundo es pasajero. Dios nos dio uno de los regalos más maravillosos de todos: vivir junto con Él por la eternidad.
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Nos gustaría agradecer a BibliaClips por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/bibliaclip/