EL PODER DE HONRAR A NUESTRAS AUTORIDADES

Siervos, sométanse con todo respeto a sus amos, no solo a los buenos y comprensivos, sino también a los insoportables. Porque es digno de elogio que, por causa de la conciencia ante Dios, se soporten las aflicciones, aun sufriendo injustamente (1 Pedro 2:18-19 NVI).

Debemos saber y confiar siempre que toda autoridad que Dios ha puesto en nuestro camino es importante para nuestro crecimiento y protección, pero, ¿qué pasa cuando nos enfrentamos a autoridades injustas? No nos es fácil someternos, y nuestra primera reacción es detenernos y dar un paso al costado; pero ante estas situaciones debemos creer que Dios tiene un propósito y un plan. Por esta razón, debemos permanecer firmes y obedecer lo que Él dice en su Palabra. (1 Pedro 2:18-19). El mayor ejemplo de obediencia en este aspecto lo encontramos en Jesús, quien fue perseguido y maltratado injustamente por hacer el bien, pero, ¿qué hizo? Guardó silencio porque confiaba en aquel que juzga con justicia. Debemos seguir el ejemplo de Jesús y confiar en quién hace justicia por nosotros, pues para Dios es de gran elogio soportar aflicciones por las injusticias que vivimos al seguir su ejemplo.

Debemos tener la certeza que Dios mediante esta circunstancia también puede estar fortaleciendo nuestro carácter (Proverbios 27:17), y está permitiendo que seamos testimonio, para que aquellos, que cometen injusticia se sientan avergonzados de su conducta y cambien cumpliendo el propósito que Dios tiene para cada uno de ellos; recordemos siempre que Dios todo lo usa para bien.

Cabe aclarar que debemos someternos a las autoridades mientras ellas no nos obliguen a hacer algo que sea contrario a la voluntad de Dios, ante esto debemos ser respetuosos y sumisos al oponernos, pero no obedecerles porque nuestra obediencia es primero a Dios y no al hombre.

Pero Pedro y los apóstoles respondieron: —Nosotros tenemos que obedecer a Dios antes que a cualquier autoridad humana (Hechos 5:29 NTV).

Oración:

Señor, hoy vengo ante ti para que me ayudes con el Poder del Espíritu Santo a ser sumisa y obediente con las autoridades que has puesto en mi camino así estas no sean de mi agrado, solo quiero confiar en que eres justo y que esta situación me va a llevar a fortalecer mi carácter y a tener un crecimiento espiritual. Hoy te doy gracias por las autoridades. En el nombre de Jesús, amén.

¿Honro a Dios al honrar a nuestras autoridades? Recordemos que, si lo hacemos, recibiremos carácter, crecimiento espiritual, favor y gracia ante ellas.