¿Por Qué Es Necesaria La Redención?Muestra
Reconocer que la redención es necesaria
En Lucas 18:9-12, Jesús nos habla a través de una parábola de dos personas que fueron al templo a orar.
En esta parábola tambien se dirigía a algunos que se sentian seguros de sí mismos creyéndose justos, y a su vez menospreciando a los demás: Dos hombres subieron al templo a orar, uno fariseo y el otro recaudador de impuestos. El fariseo se puso de pie y oró diciendo: “Dios, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni siquiera como este recaudador de impuestos. Ayuno dos veces por semana; y te doy el diezmo de todos mis ingresos".
Este fariseo se vanagloriaba. Incluso se exaltó a sí mismo, se justificó y se jactaba ante Dios de lo grande que él era. Hizo todo lo correcto: ayunó, oró, visitó la sinagoga, dio sus diezmos, etc.
Así mismo es como también funciona para muchos creyentes hoy en dia. Creen que están haciendo todo lo correcto y que por lo tanto son santos. Esto es religiosidad y legalismo.
Son como este fariseo, justos ante sus propios ojos y ante los de sus amigos religiosos. Pero a esto se le llama 'autojustificación' como leímos ayer.
Jesús continúa en el versículo 13:
“Y el recaudador de impuestos, estando lejos, ni siquiera levantaba los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: '¡Dios, ten misericordia de mí,por que soy un pecador!'".
Este recaudador de impuestos no tenía nada de qué jactarse. Ni siquiera se atrevió a levantar los ojos al cielo. Sabía de sí mismo que era pecador, que había cometido errores en su vida y que no podía salvarse, no podía redimirse y por tanto, esperaba la gracia de Dios.
Luego Jesús continúa la historia en el versículo 14:
“Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”.
El recaudador de impuestos fue redimido y justificado, a comparacion con el fariseo que se exaltaba "a sí mismo" y se jactaba de sus obras. El recaudador de impuestos reconoció que sin Dios no valía nada. Esperaba un poco de gracia para ser perdonado y redimido. Y él recibió eso.
Me hizo recordar el momento en el que me quedé llorando en el suelo de mi celda de aquella prisión. Sabía que no merecía nada más que la muerte. Pero Dios vino con su amor y gracia y me perdonó. Recibí redención.
Esta gracia pura es para todos. El deseo de recibirlo surge cuando reconoces que lo necesitas.
Escrituras
Acerca de este Plan
Si Jesús no hubiera muerto por nosotros y resucitado de entre los muertos, todos estuvieramos perdidos. Pero, ¿por qué estamos perdidos sin Jesús? ¿Podremos nosotros también recibir redención aun si vivimos una buena vida? Este plan bíblico te ayudará a conocer la necesidad de la redención.
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Nos gustaría agradecer a One in Him Foundation por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://oneinhimfoundation.com/