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Dios Es El Cimiento Inquebrantable

Biblia Reina Valera 1960

<div class="version vid149 iso6393spa" data-vid="149" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkEXO">
 <div class="chapter ch32" data-usfm="EXO.32">
 <div class="label">32</div><div class="p"> 1Viendo el pueblo que Mois&#233;s tardaba en descender del monte, se acercaron entonces a Aar&#243;n, y le dijeron: Lev&#225;ntate, haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Mois&#233;s, el var&#243;n que nos sac&#243; de la tierra de Egipto, no sabemos qu&#233; le haya acontecido.#Hch. 7.40. 2Y Aar&#243;n les dijo: Apartad los zarcillos de oro que est&#225;n en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y tra&#233;dmelos. 3Entonces todo el pueblo apart&#243; los zarcillos de oro que ten&#237;an en sus orejas, y los trajeron a Aar&#243;n; 4y &#233;l los tom&#243; de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundici&#243;n.#Hch. 7.41. Entonces dijeron: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 5Y viendo esto Aar&#243;n, edific&#243; un altar delante del becerro; y pregon&#243; Aar&#243;n, y dijo: Ma&#241;ana ser&#225; fiesta para Jehov&#225;. 6Y al d&#237;a siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron ofrendas de paz; y se sent&#243; el pueblo a comer y a beber, y se levant&#243; a regocijarse.#1 Co. 10.7.</div><div class="p"> 7Entonces Jehov&#225; dijo a Mois&#233;s: Anda, desciende, porque tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido. 8Pronto se han apartado del camino que yo les mand&#233;; se han hecho un becerro de fundici&#243;n, y lo han adorado, y le han ofrecido sacrificios, y han dicho: Israel, estos son tus dioses, que te sacaron de la tierra de Egipto. 9Dijo m&#225;s Jehov&#225; a Mois&#233;s: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz. 10Ahora, pues, d&#233;jame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo har&#233; una naci&#243;n grande.</div><div class="p"> 11Entonces Mois&#233;s or&#243; en presencia de Jehov&#225; su Dios, y dijo: Oh Jehov&#225;, &#191;por qu&#233; se encender&#225; tu furor contra tu pueblo, que t&#250; sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte? 12&#191;Por qu&#233; han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sac&#243;, para matarlos en los montes, y para raerlos de sobre la faz de la tierra? Vu&#233;lvete del ardor de tu ira, y arrepi&#233;ntete de este mal contra tu pueblo. 13Acu&#233;rdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicar&#233; vuestra descendencia como las estrellas del cielo;#Gn. 22.16-17. y dar&#233; a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomar&#225;n por heredad para siempre.#Gn. 17.8. 14Entonces Jehov&#225; se arrepinti&#243; del mal que dijo que hab&#237;a de hacer a su pueblo.#Nm. 14.13-19.</div><div class="p"> 15Y volvi&#243; Mois&#233;s y descendi&#243; del monte, trayendo en su mano las dos tablas del testimonio, las tablas escritas por ambos lados; de uno y otro lado estaban escritas. 16Y las tablas eran obra de Dios, y la escritura era escritura de Dios grabada sobre las tablas. 17Cuando oy&#243; Josu&#233; el clamor del pueblo que gritaba, dijo a Mois&#233;s: Alarido de pelea hay en el campamento. 18Y &#233;l respondi&#243;: No es voz de alaridos de fuertes, ni voz de alaridos de d&#233;biles; voz de cantar oigo yo. 19Y aconteci&#243; que cuando &#233;l lleg&#243; al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardi&#243; la ira de Mois&#233;s, y arroj&#243; las tablas de sus manos, y las quebr&#243; al pie del monte. 20Y tom&#243; el becerro que hab&#237;an hecho, y lo quem&#243; en el fuego, y lo moli&#243; hasta reducirlo a polvo, que esparci&#243; sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.</div><div class="p"> 21Y dijo Mois&#233;s a Aar&#243;n: &#191;Qu&#233; te ha hecho este pueblo, que has tra&#237;do sobre &#233;l tan gran pecado? 22Y respondi&#243; Aar&#243;n: No se enoje mi se&#241;or; t&#250; conoces al pueblo, que es inclinado a mal. 23Porque me dijeron: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Mois&#233;s, el var&#243;n que nos sac&#243; de la tierra de Egipto, no sabemos qu&#233; le haya acontecido. 24Y yo les respond&#237;: &#191;Qui&#233;n tiene oro? Apartadlo. Y me lo dieron, y lo ech&#233; en el fuego, y sali&#243; este becerro.</div><div class="p"> 25Y viendo Mois&#233;s que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aar&#243;n lo hab&#237;a permitido, para verg&#252;enza entre sus enemigos, 26se puso Mois&#233;s a la puerta del campamento, y dijo: &#191;Qui&#233;n est&#225; por Jehov&#225;? J&#250;ntese conmigo. Y se juntaron con &#233;l todos los hijos de Lev&#237;. 27Y &#233;l les dijo: As&#237; ha dicho Jehov&#225;, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente. 28Y los hijos de Lev&#237; lo hicieron conforme al dicho de Mois&#233;s; y cayeron del pueblo en aquel d&#237;a como tres mil hombres. 29Entonces Mois&#233;s dijo: Hoy os hab&#233;is consagrado a Jehov&#225;, pues cada uno se ha consagrado en su hijo y en su hermano, para que &#233;l d&#233; bendici&#243;n hoy sobre vosotros.</div><div class="p"> 30Y aconteci&#243; que al d&#237;a siguiente dijo Mois&#233;s al pueblo: Vosotros hab&#233;is cometido un gran pecado, pero yo subir&#233; ahora a Jehov&#225;; quiz&#225; le aplacar&#233; acerca de vuestro pecado. 31Entonces volvi&#243; Mois&#233;s a Jehov&#225;, y dijo: Te ruego, pues este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, 32que perdones ahora su pecado, y si no, r&#225;eme ahora de tu libro que has escrito.#Ap. 3.5. 33Y Jehov&#225; respondi&#243; a Mois&#233;s: Al que pecare contra m&#237;, a este raer&#233; yo de mi libro. 34Ve, pues, ahora, lleva a este pueblo a donde te he dicho; he aqu&#237; mi &#225;ngel ir&#225; delante de ti; pero en el d&#237;a del castigo, yo castigar&#233; en ellos su pecado.</div><div class="p"> 35Y Jehov&#225; hiri&#243; al pueblo, porque hab&#237;an hecho el becerro que form&#243; Aar&#243;n.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkJHN">
 <div class="chapter ch11" data-usfm="JHN.11">
 <div class="label">11</div><div class="s">Muerte de L&#225;zaro</div><div class="p"> 1Estaba entonces enfermo uno llamado L&#225;zaro, de Betania, la aldea de Mar&#237;a y de Marta su hermana.#Lc. 10.38-39. 2(Mar&#237;a, cuyo hermano L&#225;zaro estaba enfermo, fue la que ungi&#243; al Se&#241;or con perfume, y le enjug&#243; los pies con sus cabellos.#Jn. 12.3.) 3Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jes&#250;s: Se&#241;or, he aqu&#237; el que amas est&#225; enfermo. 4Oy&#233;ndolo Jes&#250;s, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.</div><div class="p"> 5Y amaba Jes&#250;s a Marta, a su hermana y a L&#225;zaro. 6Cuando oy&#243;, pues, que estaba enfermo, se qued&#243; dos d&#237;as m&#225;s en el lugar donde estaba. 7Luego, despu&#233;s de esto, dijo a los disc&#237;pulos: Vamos a Judea otra vez. 8Le dijeron los disc&#237;pulos: Rab&#237;, ahora procuraban los jud&#237;os apedrearte, &#191;y otra vez vas all&#225;? 9Respondi&#243; Jes&#250;s: &#191;No tiene el d&#237;a doce horas? El que anda de d&#237;a, no tropieza, porque ve la luz de este mundo; 10pero el que anda de noche, tropieza, porque no hay luz en &#233;l. 11Dicho esto, les dijo despu&#233;s: Nuestro amigo L&#225;zaro duerme; mas voy para despertarle. 12Dijeron entonces sus disc&#237;pulos: Se&#241;or, si duerme, sanar&#225;. 13Pero Jes&#250;s dec&#237;a esto de la muerte de L&#225;zaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sue&#241;o. 14Entonces Jes&#250;s les dijo claramente: L&#225;zaro ha muerto; 15y me alegro por vosotros, de no haber estado all&#237;, para que cre&#225;is; mas vamos a &#233;l. 16Dijo entonces Tom&#225;s, llamado D&#237;dimo, a sus condisc&#237;pulos: Vamos tambi&#233;n nosotros, para que muramos con &#233;l.</div><div class="s">Jes&#250;s, la resurrecci&#243;n y la vida</div><div class="p"> 17Vino, pues, Jes&#250;s, y hall&#243; que hac&#237;a ya cuatro d&#237;as que L&#225;zaro estaba en el sepulcro. 18Betania estaba cerca de Jerusal&#233;n, como a quince estadios; 19y muchos de los jud&#237;os hab&#237;an venido a Marta y a Mar&#237;a, para consolarlas por su hermano. 20Entonces Marta, cuando oy&#243; que Jes&#250;s ven&#237;a, sali&#243; a encontrarle; pero Mar&#237;a se qued&#243; en casa. 21Y Marta dijo a Jes&#250;s: Se&#241;or, si hubieses estado aqu&#237;, mi hermano no habr&#237;a muerto. 22Mas tambi&#233;n s&#233; ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dar&#225;. 23Jes&#250;s le dijo: Tu hermano resucitar&#225;. 24Marta le dijo: Yo s&#233; que resucitar&#225; en la resurrecci&#243;n, en el d&#237;a postrero. 25Le dijo Jes&#250;s: Yo soy la resurrecci&#243;n y la vida; el que cree en m&#237;, aunque est&#233; muerto, vivir&#225;. 26Y todo aquel que vive y cree en m&#237;, no morir&#225; eternamente. &#191;Crees esto? 27Le dijo: S&#237;, Se&#241;or; yo he cre&#237;do que t&#250; eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.</div><div class="s">Jes&#250;s llora ante la tumba de L&#225;zaro</div><div class="p"> 28Habiendo dicho esto, fue y llam&#243; a Mar&#237;a su hermana, dici&#233;ndole en secreto: El Maestro est&#225; aqu&#237; y te llama. 29Ella, cuando lo oy&#243;, se levant&#243; de prisa y vino a &#233;l. 30Jes&#250;s todav&#237;a no hab&#237;a entrado en la aldea, sino que estaba en el lugar donde Marta le hab&#237;a encontrado. 31Entonces los jud&#237;os que estaban en casa con ella y la consolaban, cuando vieron que Mar&#237;a se hab&#237;a levantado de prisa y hab&#237;a salido, la siguieron, diciendo: Va al sepulcro a llorar all&#237;. 32Mar&#237;a, cuando lleg&#243; a donde estaba Jes&#250;s, al verle, se postr&#243; a sus pies, dici&#233;ndole: Se&#241;or, si hubieses estado aqu&#237;, no habr&#237;a muerto mi hermano. 33Jes&#250;s entonces, al verla llorando, y a los jud&#237;os que la acompa&#241;aban, tambi&#233;n llorando, se estremeci&#243; en esp&#237;ritu y se conmovi&#243;, 34y dijo: &#191;D&#243;nde le pusisteis? Le dijeron: Se&#241;or, ven y ve. 35Jes&#250;s llor&#243;. 36Dijeron entonces los jud&#237;os: Mirad c&#243;mo le amaba. 37Y algunos de ellos dijeron: &#191;No pod&#237;a este, que abri&#243; los ojos al ciego, haber hecho tambi&#233;n que L&#225;zaro no muriera?</div><div class="s">Resurrecci&#243;n de L&#225;zaro</div><div class="p"> 38Jes&#250;s, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y ten&#237;a una piedra puesta encima. 39Dijo Jes&#250;s: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que hab&#237;a muerto, le dijo: Se&#241;or, hiede ya, porque es de cuatro d&#237;as. 40Jes&#250;s le dijo: &#191;No te he dicho que si crees, ver&#225;s la gloria de Dios? 41Entonces quitaron la piedra de donde hab&#237;a sido puesto el muerto. Y Jes&#250;s, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme o&#237;do. 42Yo sab&#237;a que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que est&#225; alrededor, para que crean que t&#250; me has enviado. 43Y habiendo dicho esto, clam&#243; a gran voz: &#161;L&#225;zaro, ven fuera! 44Y el que hab&#237;a muerto sali&#243;, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jes&#250;s les dijo: Desatadle, y dejadle ir.</div><div class="s">El complot para matar a Jes&#250;s</div><div class="r">(Mt. 26.1-5; Mr. 14.1-2; Lc. 22.1-2)</div><div class="p"> 45Entonces muchos de los jud&#237;os que hab&#237;an venido para acompa&#241;ar a Mar&#237;a, y vieron lo que hizo Jes&#250;s, creyeron en &#233;l. 46Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jes&#250;s hab&#237;a hecho. 47Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: &#191;Qu&#233; haremos? Porque este hombre hace muchas se&#241;ales. 48Si le dejamos as&#237;, todos creer&#225;n en &#233;l; y vendr&#225;n los romanos, y destruir&#225;n nuestro lugar santo y nuestra naci&#243;n. 49Entonces Caif&#225;s, uno de ellos, sumo sacerdote aquel a&#241;o, les dijo: Vosotros no sab&#233;is nada; 50ni pens&#225;is que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la naci&#243;n perezca. 51Esto no lo dijo por s&#237; mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel a&#241;o, profetiz&#243; que Jes&#250;s hab&#237;a de morir por la naci&#243;n; 52y no solamente por la naci&#243;n, sino tambi&#233;n para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. 53As&#237; que, desde aquel d&#237;a acordaron matarle.</div><div class="p"> 54Por tanto, Jes&#250;s ya no andaba abiertamente entre los jud&#237;os, sino que se alej&#243; de all&#237; a la regi&#243;n contigua al desierto, a una ciudad llamada Efra&#237;n; y se qued&#243; all&#237; con sus disc&#237;pulos.</div><div class="p"> 55Y estaba cerca la pascua de los jud&#237;os; y muchos subieron de aquella regi&#243;n a Jerusal&#233;n antes de la pascua, para purificarse. 56Y buscaban a Jes&#250;s, y estando ellos en el templo, se preguntaban unos a otros: &#191;Qu&#233; os parece? &#191;No vendr&#225; a la fiesta? 57Y los principales sacerdotes y los fariseos hab&#237;an dado orden de que si alguno supiese d&#243;nde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen.</div>
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 <div class="book bkPRO">
 <div class="chapter ch8" data-usfm="PRO.8">
 <div class="label">8</div><div class="s">Excelencia y eternidad de la sabidur&#237;a</div><div class="q"> 1&#191;No clama la sabidur&#237;a,</div><div class="q">Y da su voz la inteligencia?</div><div class="q"> 2En las alturas junto al camino,</div><div class="q">A las encrucijadas de las veredas se para;</div><div class="q"> 3En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad,</div><div class="q">A la entrada de las puertas da voces:#Pr. 1.20-21.</div><div class="q"> 4Oh hombres, a vosotros clamo;</div><div class="q">Dirijo mi voz a los hijos de los hombres.</div><div class="q"> 5Entended, oh simples, discreci&#243;n;</div><div class="q">Y vosotros, necios, entrad en cordura.</div><div class="q"> 6O&#237;d, porque hablar&#233; cosas excelentes,</div><div class="q">Y abrir&#233; mis labios para cosas rectas.</div><div class="q"> 7Porque mi boca hablar&#225; verdad,</div><div class="q">Y la impiedad abominan mis labios.</div><div class="q"> 8Justas son todas las razones de mi boca;</div><div class="q">No hay en ellas cosa perversa ni torcida.</div><div class="q"> 9Todas ellas son rectas al que entiende,</div><div class="q">Y razonables a los que han hallado sabidur&#237;a.</div><div class="q"> 10Recibid mi ense&#241;anza, y no plata;</div><div class="q">Y ciencia antes que el oro escogido.</div><div class="q"> 11Porque mejor es la sabidur&#237;a que las piedras preciosas;</div><div class="q">Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse con ella.</div><div class="q"> 12Yo, la sabidur&#237;a, habito con la cordura,</div><div class="q">Y hallo la ciencia de los consejos.</div><div class="q"> 13El temor de Jehov&#225; es aborrecer el mal;</div><div class="q">La soberbia y la arrogancia, el mal camino,</div><div class="q">Y la boca perversa, aborrezco.</div><div class="q"> 14Conmigo est&#225; el consejo y el buen juicio;</div><div class="q">Yo soy la inteligencia; m&#237;o es el poder.</div><div class="q"> 15Por m&#237; reinan los reyes,</div><div class="q">Y los pr&#237;ncipes determinan justicia.</div><div class="q"> 16Por m&#237; dominan los pr&#237;ncipes,</div><div class="q">Y todos los gobernadores juzgan la tierra.</div><div class="q"> 17Yo amo a los que me aman,</div><div class="q">Y me hallan los que temprano me buscan.</div><div class="q"> 18Las riquezas y la honra est&#225;n conmigo;</div><div class="q">Riquezas duraderas, y justicia.</div><div class="q"> 19Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado;</div><div class="q">Y mi r&#233;dito mejor que la plata escogida.</div><div class="q"> 20Por vereda de justicia guiar&#233;,</div><div class="q">Por en medio de sendas de juicio,</div><div class="q"> 21Para hacer que los que me aman tengan su heredad,</div><div class="q">Y que yo llene sus tesoros.</div><div class="b"></div><div class="q"> 22Jehov&#225; me pose&#237;a en el principio,</div><div class="q">Ya de antiguo, antes de sus obras.#Ap. 3.14.</div><div class="q"> 23Eternamente tuve el principado, desde el principio,</div><div class="q">Antes de la tierra.</div><div class="q"> 24Antes de los abismos fui engendrada;</div><div class="q">Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.</div><div class="q"> 25Antes que los montes fuesen formados,</div><div class="q">Antes de los collados, ya hab&#237;a sido yo engendrada;</div><div class="q"> 26No hab&#237;a a&#250;n hecho la tierra, ni los campos,</div><div class="q">Ni el principio del polvo del mundo.</div><div class="q"> 27Cuando formaba los cielos, all&#237; estaba yo;</div><div class="q">Cuando trazaba el c&#237;rculo sobre la faz del abismo;</div><div class="q"> 28Cuando afirmaba los cielos arriba,</div><div class="q">Cuando afirmaba las fuentes del abismo;</div><div class="q"> 29Cuando pon&#237;a al mar su estatuto,</div><div class="q">Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;</div><div class="q">Cuando establec&#237;a los fundamentos de la tierra,</div><div class="q"> 30Con &#233;l estaba yo orden&#225;ndolo todo,</div><div class="q">Y era su delicia de d&#237;a en d&#237;a,</div><div class="q">Teniendo solaz delante de &#233;l en todo tiempo.</div><div class="q"> 31Me regocijo en la parte habitable de su tierra;</div><div class="q">Y mis delicias son con los hijos de los hombres.</div><div class="b"></div><div class="q"> 32Ahora, pues, hijos, o&#237;dme,</div><div class="q">Y bienaventurados los que guardan mis caminos.</div><div class="q"> 33Atended el consejo, y sed sabios,</div><div class="q">Y no lo menospreci&#233;is.</div><div class="q"> 34Bienaventurado el hombre que me escucha,</div><div class="q">Velando a mis puertas cada d&#237;a,</div><div class="q">Aguardando a los postes de mis puertas.</div><div class="q"> 35Porque el que me halle, hallar&#225; la vida,</div><div class="q">Y alcanzar&#225; el favor de Jehov&#225;.</div><div class="q"> 36Mas el que peca contra m&#237;, defrauda su alma;</div><div class="q">Todos los que me aborrecen aman la muerte.</div>
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 <div class="book bkEPH">
 <div class="chapter ch1" data-usfm="EPH.1">
 <div class="label">1</div><div class="s">Salutaci&#243;n</div><div class="p"> 1Pablo, ap&#243;stol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jes&#250;s que est&#225;n en &#201;feso:#Hch. 18.19-21; 19.1. 2Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Se&#241;or Jesucristo.</div><div class="s">Bendiciones espirituales en Cristo</div><div class="p"> 3Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Se&#241;or Jesucristo, que nos bendijo con toda bendici&#243;n espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4seg&#250;n nos escogi&#243; en &#233;l antes de la fundaci&#243;n del mundo, para que fu&#233;semos santos y sin mancha delante de &#233;l, 5en amor habi&#233;ndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, seg&#250;n el puro afecto de su voluntad, 6para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7en quien tenemos redenci&#243;n por su sangre, el perd&#243;n de pecados#Col. 1.14. seg&#250;n las riquezas de su gracia, 8que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabidur&#237;a e inteligencia, 9d&#225;ndonos a conocer el misterio de su voluntad, seg&#250;n su benepl&#225;cito, el cual se hab&#237;a propuesto en s&#237; mismo, 10de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensaci&#243;n del cumplimiento de los tiempos, as&#237; las que est&#225;n en los cielos, como las que est&#225;n en la tierra.</div><div class="p"> 11En &#233;l asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al prop&#243;sito del que hace todas las cosas seg&#250;n el designio de su voluntad, 12a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esper&#225;bamos en Cristo. 13En &#233;l tambi&#233;n vosotros, habiendo o&#237;do la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvaci&#243;n, y habiendo cre&#237;do en &#233;l, fuisteis sellados con el Esp&#237;ritu Santo de la promesa, 14que es las arras de nuestra herencia hasta la redenci&#243;n de la posesi&#243;n adquirida, para alabanza de su gloria.</div><div class="s">El esp&#237;ritu de sabidur&#237;a y de revelaci&#243;n</div><div class="p"> 15Por esta causa tambi&#233;n yo, habiendo o&#237;do de vuestra fe en el Se&#241;or Jes&#250;s, y de vuestro amor para con todos los santos, 16no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, 17para que el Dios de nuestro Se&#241;or Jesucristo, el Padre de gloria, os d&#233; esp&#237;ritu de sabidur&#237;a y de revelaci&#243;n en el conocimiento de &#233;l, 18alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sep&#225;is cu&#225;l es la esperanza a que &#233;l os ha llamado, y cu&#225;les las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, 19y cu&#225;l la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, seg&#250;n la operaci&#243;n del poder de su fuerza, 20la cual oper&#243; en Cristo, resucit&#225;ndole de los muertos y sent&#225;ndole a su diestra#Sal. 110.1. en los lugares celestiales, 21sobre todo principado y autoridad y poder y se&#241;or&#237;o, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino tambi&#233;n en el venidero; 22y someti&#243; todas las cosas bajo sus pies,#Sal. 8.6. y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 23la cual es su cuerpo,#Col. 1.18. la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.</div>
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