La esperanza de la PascuaMuestra

Como la primavera sigue al invierno

¡Pero qué alegría para todos los que se refugian en él! (Salmo 2:12).

Ante el tribunal, por el «delito» de escribir sobre la invasión no provocada de su nación a otra, el periodista hizo su declaración final. Sin embargo, no se defendió.

En su lugar, habló con valentía. «Llegará el día en que la oscuridad sobre nuestro país se disipe —dijo—, en que a nivel oficial se reconozca que dos por dos siguen siendo cuatro; en que una guerra se llame guerra».

Con una confianza incontenible, prosiguió: «Este día llegará tan inevitablemente como la primavera sigue incluso al invierno más frío».

Los acontecimientos mundiales parecen a menudo sombríos e irrevocables. La mentira y la violencia son el camino del mundo. No es nada nuevo.

Mil años antes de la crucifixión de Jesús, el salmista David escribió sobre el Mesías que esperaba: «Los reyes de la tierra se preparan para la batalla; los gobernantes conspiran juntos en contra del Señor y en contra de su ungido.…» (SALMO 2:2).

Dios simplemente se ríe (v. 4). El Rey legítimo un día «las quebrarás con vara de hierro…» (v. 9). David escribió: «… ¡Quedan advertidos, ustedes gobernantes de la tierra! Sirvan al Señor con temor reverente y alégrense con temblor.» (vv. 10-11).

La detención y crucifixión de Jesús fue la peor atrocidad contra los derechos humanos jamás cometida, y sin embargo, es a través de esa parodia de justicia como Cristo venció al pecado y a la muerte, y nos ofrece esperanza.

Tan cierto como que la primavera sigue al invierno, la oscuridad se disipa, huyendo ante la Luz del mundo. «Bienaventurados todos los que en él confían» (v. 12).

Tim Gustafson

¿Qué acontecimientos te hacen caer en la desesperación? ¿Dónde y cómo experimentas hoy la Luz del mundo?

Precioso Salvador, que tu luz inunde este mundo oscuro y nos dé la esperanza de un futuro contigo.