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COMPASIÓN

El amor comienza con la compasión, sentir por otras personas incluso cuando no puedes sentir con ellas. No tienes que estar de acuerdo con lo que una persona dice o hace para sentir por ella. Todo lo que tienes que hacer es verlos a través de los ojos de Jesús. Cuando lo hagas, verás personas que luchan contra su propia naturaleza pecaminosa, al igual que tú, que necesitan una relación con el Padre como la que tienes tú, ya sea que estén perdidos y aún necesiten poner su fe en Jesús para la salvación o que ya estén salvos y simplemente están experimentando el tipo de dolor y frustración que proviene de desobedecer a Dios.

Si tienes problemas para sentir compasión por las personas, permite que Dios te muestre o te recuerde por un momento dónde estarías sin Él. Sin la paz que trae tener una relación correcta con Él, sin la promesa del Cielo, sin la presencia tranquilizadora del Espíritu Santo en tu corazón, guiándote, enseñándote, consolándote.

Ya sea que puedas o no reunir el tipo de compasión por las personas que Jesús sintió, aún eres responsable de amarlos de la manera en que Jesús los amó, extendiendo misericordia y gracia en la forma de amor ágape , amor que no tiene que ver con el mérito de quien lo recibe, sino con las nobles intenciones de quien lo da.

¿No estás seguro de cómo hacerlo? Mira el ejemplo de Dios. Él nos demostró amor ágape al enviar a Su Hijo Jesús a morir en nuestro lugar. No teníamos ningún mérito; éramos pecadores. Santo y perfecto, tuvo nobles intenciones, nuestra salvación para au gloria. Demostró gracia, tratándonos mejor de lo que merecíamos ser tratados, y misericordia, desviando el castigo que merecíamos hacia Su Hijo.

Haz lo mismo. Trata a las personas mejor de lo que merecen ser tratadas, resérvate el juicio y deja el trabajo del corazón a Dios.

• Si Dios te tratara como mereces ser tratado, ¿dónde estarías?
• ¿Amas a los demás como Dios te ama?

LeeMateo 9:35-37 y Juan 13:34-35.