Tu Nueva NaturalezaMuestra

¡Eres más que suficiente!

¡No eres suficiente! He peleado con estas voces por muchos años. El perfeccionismo ha sido una gran batalla en mi vida, ha sido mi peor enemigo, durante mi juventud sentía que todo lo que hacía para mis padres, no era suficiente, cuando me casé ese pensamiento seguía y cuando llegué a ser madre esa voz aún estaba allí, simplemente no era suficiente, me exigía con tal nivel de perfeccionismo, que ni siquiera yo podía alcanzarlo. Me castigaba cuando no lo lograba, y lo peor es que a pesar de tanto esfuerzo, siempre terminaba sintiendo mucha culpa.

¿Te ha pasado, sentir culpa cuando no logras algo? En el fondo solo quería ser amada y aceptada. ¡No entendía que ya lo era!

Te cuento que pensar de esta manera solo me llevó a caer en tal nivel de estrés, lo que me condujo a la ansiedad y más tarde a la depresión, esa manera de pensar me enfermó.

Su palabra nos dice en 2 de Corintios 12:9: «Mi gracia es todo lo que necesitas; mi poder actúa mejor en la debilidad». Tengo una buena noticia ¡su gracia es suficiente! Nos empodera. Nuestra vida es más que suficiente porque Él nos amó desde el principio.

Hoy una psiquiatra llamada Marian Rojas quien describe el perfeccionismo como “una gran fuente de insatisfacción: Nos enferma” y este problema se ha agravado en los últimos años, hay un sufrimiento generalizado bajo la cosmovisión de “todo puede ser mejorado” pero si no lo consigues, te culpas por ello.

¡Jesús quiere decirte que eres más que suficiente! Eres su amado/a, fuimos perfeccionados en él, cuando sientes que no puedes, no te culpes, bástate en su gracia.

Oremos: “¡Gracias Jesús porque tu Gracia, es más que suficiente! Te haces fuerte en mi debilidad, mi identidad en ti se define por el precio que tú pagaste y no por mis esfuerzos. Te amo Jesús, mi vida te pertenece, me rindo una vez más. Amen”

Y nunca olvides ¡Eres un milagro!