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El lugar del dinero en nuestra vida

¿Qué lugar ocupa el dinero en su vida? ¿Tiene usted una visión equilibrada? ¿Aplica la sabiduría y cuidado de Dios a sus bienes y beneficios económicos? ¿O es desordenado y descuidado con lo que el Señor le ha confiado?

La gente adopta cuatro posturas en cuanto al dinero:

1. Idolatría — Para algunas personas, el dinero se convierte en el centro de sus vidas. Dedican la mayor parte de su tiempo, energía y atención a su obtención y uso. Consideran que el dinero es la clave para tener poder y prestigio. Puesto que un ídolo es cualquier cosa que usted coloque por encima de Dios en su corazón y su mente, cualquier cosa en la que confíe más que en Él, cuando deja a Dios fuera de su vida financiera, está en grave peligro de hacer del dinero su ídolo (1 Corintios 6.9, 10).

2. Envidia — Otra postura que suelen adoptar las personas en cuanto al dinero es el pecado de la envidia. Comparan lo que tienen con lo que poseen los demás, y creen que no es suficiente o que la vida les jugó mal de alguna manera. Pero la Palabra de Dios es muy clara sobre lo que la envidia puede hacer a un cuerpo (Proverbios 14.30), y lo mismo puede aplicarse a envidiar la riqueza y los bienes materiales de otros.

3. Codicia —Tanto la idolatría como la envidia pueden conducir con mucha facilidad a la codicia... el deseo insaciable de tener más. Es un vacío en la vida de una persona que solo Dios puede llenar, y ninguna cantidad de bienes o dinero satisfará el anhelo que solo se puede encontrar en Él.

4. Neutralidad — La última postura que adopta la gente es mantenerse neutral. Esta es la posición más sabia. Un billete de $20 puede ser usado para comprar una botella de alcohol (que puede llevar a una vida en ruinas), o se puede usar para comprar una Biblia para una persona que no conoce al Señor (que puede llevarla a la vida eterna). El billete de $20 por sí solo no tiene ninguna moralidad asociada con él. Lo que cuenta es la actitud hacia nuestro dinero y lo que hagamos con él.

Al reflexionar con sinceridad y evaluar su posición sobre el dinero y las posesiones materiales, recuerde que Dios está mucho más preocupado por sus actitudes y sus deseos hacia el dinero, que por su balance inicial o final. "No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna (Gálatas 6.7, 8).