De generación en generaciónMuestra

¿Qué debo hacer para no corromperme, y mis generaciones sigan a Dios con todo su corazón?

Lo primero es que siempre debemos pedirle al Espíritu Santo que escudriñe nuestro corazón y lo limpie de toda maldad.

Busca primero el reino de Dios y no te afanes por el día de mañana. En tu levantar, busca a Dios; antes de dormir, busca a Dios.

No dejemos de congregarnos, de tener nuestros devocionales familiares y personales.

Cuida el don que hay en ti. Usa los dones que Dios te dio. Sigue expandiendo el Reino pues, haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.

Nuestro ejemplo es la mejor manera de enseñar a nuestras generaciones quién es nuestro Dios y cómo debemos vivir una vida en Cristo.

Hoy en día, las generaciones están buscando a quién imitar, por eso existen tantos “influencers”. La pregunta sería, ¿eres digno de ser imitado en tu diario vivir, tu relación con el Padre, tu relación con tu familia, con tus vecinos, en el trabajo, en cada aspecto de tu vida?

Tenemos mucho por crecer hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

Oremos: Padre, ayúdame a seguir creciendo y madurando. Quiero ser un ejemplo para mis generaciones. Ayúdame a vencer las tentaciones y pruebas que atravieso día a día, y muéstrame en dónde y cómo puedo usar los dones que me has dado. Amén.