Red Flags, Respeto y RelacionesMuestra

Escrito por Caleb, 22 años de Carbondale, Illinois, EE.UU.

En secundaria, no me gustaban mis maestros. En mi opinión, lo único que hacían era dar clases aburridas, elegir a los favoritos de la clase (¡y nunca fui yo!) y castigar a cualquiera por el más mínimo susurro. Pensé que jamás encontraría una maestra que me gustara de verdad, pero entonces conocí a la de inglés. Me encantaba la clase por las actividades únicas, las discusiones divertidas y por ser una maestra sabia y atenta. Después de que terminó la clase, seguí visitando a esta maestra durante el horario de oficina, y pronto se convirtió en mi mentora. Debido a esta experiencia, comencé a hablar con todos mis maestros, aunque no me gustaran sus clases. A través de estas conversaciones, con el tiempo encontré nuevos mentores cuyas palabras de sabiduría todavía sigo hoy.

No importa quién seas, lo importante es buscar siempre la sabiduría en las relaciones significativas en tu vida. Dios pone en nuestras vidas a personas sabias, como maestros y padres, para que podamos aprender de ellos. Así que, cuando necesites algún consejo, pídele a Dios un mentor y empieza a conversar.

Hoy, tómate un momento para pensar en los mentores que tienes en tu vida. ¿Tienes alguno? Si no es así, pídele a Dios que te ayude a encontrar uno.