Diario de una mujer estéril fértilMuestra

Encontrando Agua Viva en Medio de la Sequía

Hoy, deseo sumergirnos en la reflexión sobre la sequía, un fenómeno climatológico transitorio que impacta la disponibilidad de agua en una región determinada. Según Wikipedia, la sequía se caracteriza por situar la cantidad de agua por debajo de lo habitual, afectando a las plantas, animales y seres humanos que habitan en ese lugar.

Al igual que la sequía climática es transitoria, en nuestras vidas enfrentamos sequías espirituales. No obstante, quiero recordarte que incluso en medio de estas sequías, el amor de Dios es constante y abundante, saciándonos con Su gracia. En esos momentos de sequedad espiritual, es vital recordar las palabras de Jesús a la samaritana en Juan 4:14: "Si bebieras del agua que YO te doy, jamás volverás a tener sed". Estas palabras resonaron no solo en el pozo de Samaria, sino también a lo largo de las eras, llegando hasta tus circunstancias actuales.

En medio de tu sequía espiritual, Jesús te ofrece un manantial que nunca se agota, una fuente que colma todas tus necesidades más profundas.

En Isaías 58:11, Dios promete pastorearnos siempre, incluso en las sequías de la vida. Él no solo es consciente de nuestras necesidades, sino que también se compromete a saciar nuestra alma y dar vigor a nuestros huesos. En esos momentos de aridez espiritual, recuerda que Él es un manantial inagotable. En medio de la sequedad espiritual, dirige tu mirada a esta fuente viva, confiando en que Jesús es la respuesta a tu sed más profunda. Cuando te sientas incapaz de superar la sequía espiritual por ti misma, permite que la gracia de Dios se derrame sobre ti. En tu debilidad, Su poder se perfecciona.

Hoy te invito a reflexionar sobre tu propia sequía espiritual, si la estás experimentando. Reconoce la sed en tu corazón y dirige tu mirada hacia Jesús, el agua viva que satisface nuestras necesidades. A través de la oración y la meditación en las Escrituras, busca la presencia restauradora de Jesús. Identifica áreas de tu vida donde puedas sentir sequedad espiritual. Puede ser en tu relación con Dios, en tus relaciones interpersonales o en tu vida cotidiana. Busca maneras prácticas de buscar a Jesús en esas áreas, permitiendo que Su amor fluya y sacie tu sed espiritual.

Considera establecer un tiempo diario para la lectura de la Biblia y la oración, creando un espacio para que el agua viva de la Palabra de Dios inunde tu alma. Comparte tus experiencias y aprendizajes con amigas de fe, creando una red de apoyo que pueda fortalecerse mutuamente en tiempos de sequía espiritual.

Oración: "Amado Jesús, en medio de cualquier sequía espiritual que pueda experimentar, dirijo mi mirada hacia ti. Tú eres el agua viva que sacia mi sed, la respuesta a todas mis preguntas y, lo más importante, eres suficiente. Ayúdame a beber del agua que solo tú puedes proporcionar, para que mi sed sea saciada permanentemente. En el nombre de Jesús, Amén".

Recuerda, querida amiga, que no estás sola en medio de la sequía espiritual. Jesús está contigo, ofreciéndote Su amor inagotable y la promesa de una satisfacción duradera. Tú no necesitas ser madre, aunque anheles esa bendición; lo que realmente necesitas es a Jesús.