De Simpatizantes a DiscípulosMuestra

De la multitud a la intimidad.

¿Los simpatizantes pueden llegar a ser discípulos? La respuesta es: SÍ.

Una persona que ha vivido relativamente cerca del maestro como para sentirse atraído, pero no lo suficientemente cerca como para comprometerse a ser transformado por Él puede convertirse en un discípulo fiel.

Esta es una decisión que el Señor no puede tomar por nosotros, Él nos hace la invitación con amor tal y como se la hizo a Mateo o a Pedro y Andrés. Evidentemente, somos nosotros los que determinamos la clase de relación que vamos a tener con Jesús, si queremos mantenernos algo cerca como para ser testigos de todo lo que hace o si nos entregamos por completo a ser parte de lo que Él está haciendo.

Estoy convencido que todos aquellos que llegaron a ser verdaderos discípulos de Jesús fueron en algún momento simpatizantes incluyendo a los apóstoles, pero en la medida que llegaron a conocerle personalmente y a comprender su corazón fueron convenciéndose que eso era lo que realmente deseaban. Un poderoso llamado en su vida comenzó a apoderarse de ellos y aún llegaron a entender que no sería fácil, estuvieron dispuestos a abandonar una causa temporal para vivir por una causa eterna.

Antes de ser pastor mi deseo era ser músico y cantante profesional. Por muchos años soñaba con escenarios, fama, reconocimiento y éxito. Recuerdo muchas noches antes de dormir me imaginaba viviendo todo ello, era mi más grande deseo. Curiosamente después de convertirme a Jesús algunas de esas cosas que soñaba me comenzaron a suceder.

Algunos proyectos musicales importantes vinieron a tocar mi puerta, en verdad pensaba que Dios me estaba concediendo los anhelos de mi corazón. Poco a poco descubrí que era el enemigo quien ahora estaba tratando de alejarme del propósito de Dios para mi ofreciéndome lo que él sabía, yo había deseado siempre.

En ese tiempo, algo poderoso me comenzó a suceder como resultado de ir conociendo más y más a mi Señor. Poco a poco esos anhelos comenzaron a transformarse en otra cosa, comencé a verme a mí mismo ahora predicando la palabra, orando por los enfermos, enseñando acerca del amor y el poder de Dios. Mis sueños de ser un “rockstar” se fueron extinguiendo y comencé a soñar con ser un predicador. ¿Qué fue lo que me pasó?

Los sueños de Dios empezaron a inundar mi corazón en la medida que le conocía y me relacionaba con él. ¿Sabes que es lo más maravilloso? ¡El Señor está cumpliendo mis sueños! Soy un predicador de la palabra y enseño acerca del amor y el poder de Dios.

¿Pero cómo puede un simpatizante convertirse en un discípulo verdadero del Señor? Eso es lo que vamos a descubrir ahora, te invito a que abras tu corazón y tu mente y le pidas al Espíritu de Dios que te hable a través de este devocional en los siguientes días.