Una Navidad Matrimonial ImpresionanteMuestra

La mejor Navidad

Hay una película para televisión que recuerdo haber visto año tras año mientras crecía. Era la historia de la Navidad con actores e incluía todo lo que vemos en un pesebre. Los pastores estaban en el campo cuidando de sus rebaños cuando llegaron los ángeles. Estaban María y José en un establo porque nadie sabía que su bebé era Jesús. Estaban los reyes magos haciendo su viaje para adorar al niño. Estaban todos allí, además de algunas vacas, cerdos y ovejas. Todo era como la mayoría de nosotros nos lo imaginamos, excepto por una cosa: también había un niño.El niño no era de aquella época, sino de mi época. Vestía como la mayoría de los niños de mi edad que crecían en América. Podía ver, sentir, oler y experimentar todo, pero nadie podía verle. Recuerdo que pensé que me gustaría ser ese chico. Quería acercarme a aquel pesebre y ver a Jesús, incluso abrazarlo. Ver esa película año tras año tuvo un gran impacto en mi forma de ver la Navidad. Me ayudó a ver que lo más importante de la Navidad era Jesús, y yo lo quería.

No me malinterpretes. No era una santo. Todavía husmeaba en busca de mis regalos y apenas podía dormir la noche de Nochebuena. Era un chico normal, pero también sabía que la Navidad giraba en torno a Jesús.

Cuando Nancy y yo nos casamos, aquella película de la tele hacía tiempo que había desaparecido, pero todo lo que Dios había hecho en mi corazón, lo hizo también en el suyo. La Navidad desde el primer año fue especial para nosotros porque sabíamos lo que estábamos celebrando: El nacimiento de nuestro Salvador. Eso era realmente importante. Eso era lo que marcaba la diferencia en nuestras vidas y en nuestro matrimonio. Por eso cada año podíamos decir que era la mejor Navidad de todas. Si ustedes lo ponen a Él en el centro de sus vidas y de su matrimonio, podrán decir lo mismo. ¡Será una Navidad matrimonial asombrosa!

Cuando pienso en las mejores navidades de mi infancia, se centran mucho más en las personas que en los regalos que recibí. Tenía diez años y la Nochebuena era todos los años en nuestra casa. Creo que desde que nací, nunca hubo duda de dónde sería la Nochebuena y de que toda la familia estaría allí. Yo era el primer nieto por ambas partes. Había algo tan especial cuando todas las personas a las que quería y que me querían estaban en la misma casa por Navidad. Aquella Navidad, cuando tenía diez años, mis tíos abuelos favoritos sorprendieron a nuestra familia en Nochebuena. Todavía puedo ver la alegría en la cara de mi madre cuando los vio entrar. Fue un momento muy especial.

Cuando miro atrás y veo los años de nuestro matrimonio, hay muchas navidades que me llaman la atención. Todas nuestras primeras fueron especiales. Las primeras en nuestro apartamento, las primeras en nuestra primera casa, las primeras con nuestro hijo y luego con nuestra hija, las primeras con una nuera y un yerno, y las primeras con cada nieto. Cada una ha sido especial a su manera.

Nancy y yo hemos intentado desde el primer año que la Navidad girara en torno a Jesús. Algunos años lo hemos hecho mejor que otros, pero siempre ha sido un objetivo. Creo que esa es la razón por la que, como pareja, recordamos cada Navidad como algo especial.

En algún momento tomamos la decisión de no quedarnos anclados en el pasado. No íbamos a encontrar una Navidad "perfecta" e intentar recrearla año tras año. Eso no tenía sentido para nosotros. Además, sería muy frustrante. Tomamos la decisión de que la mejor Navidad iba a ser la que estamos celebrando.

¿Hubo años más difíciles que otros? Claro. Las personas que queríamos y que estaban allí un año, al siguiente ya no estaban. Luego llegó el año en que ya no había dos niños pequeños en pijama esperando ansiosos en lo alto de la escalera a que les dieran el visto bueno para bajar la mañana de Navidad. La vida trajo cambios.

Sin embargo, ¿sabes lo que nunca cambió? Jesús. Él estaba allí cuando Nancy y yo éramos niños, luego cuando crecimos y cuando empezamos a celebrar su nacimiento juntos. Jesús tuvo un nacimiento tan humilde que su madre "lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre" (Lucas 2:7). Pero gracias a su muerte y resurrección, ahora está entronizado en el Cielo como nuestro Rey victorioso, el "alfa y la omega" (Ap. 21:6.) Cuando sufrimos pérdidas o cambios durante la Navidad, también podemos celebrar que en Cristo tenemos la esperanza de un día en el que "enjugará toda lágrima de sus ojos, y la muerte ya no existirá, ni habrá luto, ni llanto, ni dolor" (Ap. 21:3). La alegría de celebrar de verdad el nacimiento de nuestro Salvador nunca cambia.

Así que cuando pienses en cuál es la mejor Navidad de todas, ¡es esta! ¡Esta es tu Navidad matrimonial impresionante!

El reto de hoy:

Compartan algunos de sus recuerdos navideños favoritos juntos. ¿Qué los hacía especiales para ustedes?

Profundizar:

¿Qué haría falta para que juntos pusiéramos a Cristo en primer lugar esta Navidad? ¿Cuál es tu primer paso? ¿Se comprometen juntos a hacer de esta Navidad la mejor de todas? Lean juntos en voz alta los pasajes de las Escrituras de hoy y compartan lo que sea significativo para ustedes.

Ya terminando el año quizás sea una buena idea evaluar tu matrimonio. Haz este cuestionario y averigua dónde se encuentra tu matrimonio, y cómo pueden mejorarlo. En Awesome Marriage queremos ayudar a matrimonios que se centren en Jesús.