¿Quién soy yo?Muestra
¿Quién soy?
Todos nosotros al nacer, en cualquier país del mundo, somos reconocidos como un nuevo ser viviente. En la sala materna del hospital se coloca en la pequeña muñeca del bebé recién nacido un brazalete que lleva su nombre que previamente le han elegido sus padres, ese nombre identifica a ese bebé desde el primer día que vino al mundo, aun así, ese nombre no es la identidad de ese bebé. Al crecer, y cuando tenemos edad suficiente para el estado donde vivimos, se nos asigna un número de identificación. Se nos entrega un documento que lleva ahora nuestro nombre, foto, fecha de nacimiento, y dependiendo del país algún otro dato. En ese momento se nos asigna un número que será nuestra identificación ante la sociedad y el estado a lo largo de nuestra estancia en esta tierra. En unos países se le conoce como cédula, en otros como ficha de identidad y en otros como Id o número de seguro social. Lo cierto es que ese número tampoco es tu identidad, ese número sólo te reconocerá como ciudadano ante tu país y se relacionará a todo lo que hagas, desde el punto de vista legal y social, pero hay una curiosidad, este documento lleva una fotografía de cada uno y tiene un período para que lo renueves, debido que al pasar el tiempo tus rasgos físicos van cambiando, pero lo que no cambiará jamás es tu número de identidad.
Ahora bien, el ser humano desarrolla una identidad que no tiene que ver con su nombre o con su número de identificación. Cada persona desarrolla una identidad que lo caracteriza, pero cuando Dios entra a la vida de cualquier persona que lo invite a vivir en su corazón, la identidad que Dios le da en ese momento, es la identidad que le dio a su alma cuerpo y espíritu al nacer. El diseño de Dios para nosotros viene con una identidad, y podemos observar que desde pequeños adoptamos quienes seremos, pero cuando crecemos mudamos quienes somos, nos suceden cosas, conocemos personas, estudiamos, trabajamos y estos elementos nos hacen cambiar nuestra identidad. Pero cuando le damos entrada a Dios y a su Espíritu Santo, Él nos afirma o cambia nuestra identidad, y ahora no seremos más como nos conocemos sino seremos como dijo el Apóstol Pablo "ya no vivo yo, Cristo vive en mí". Que poderosas palabras declaradas por aquel que un día persiguió a los cristianos y se le identificaba como un asesino "el mata cristianos", ahora era conocido como el "Apóstol de Cristo", el último por cierto, ahora, al verle su rostro se le reconocía que pertenecía y vivía para Jesús, su identidad había cambiado ahora era Cristo en él.
Hoy enfrentamos un reto, la sociedad actual incluso la cristiana, la juventud de hoy día, el estrago que hacen las redes sociales, el celular, el nuevo estereotipo de amistad, la presión social actual a través del marketing y lo que se consume en los diferentes medios de comunicación masivos, la manipulación del sistema de información a nivel mundial, han hecho que muchos pierdan su identidad. A mí me ha pasado, lo he vivido, sé lo duro que es vivir pensando que todo está bien y que había adquirido mi identidad. Pero era una identidad que vivía para los demás, como muchos hacen, pero que ahora he cambiado y madurado, sintiendo que tengo una identidad la cual es intima con Dios y que no era precisamente la que mostraba, esta “identidad” durante muchos años había pensado que finalmente la había ganado lo que en realidad era que la había perdido, precisamente, por complacer y amar a otros más que a Dios. Ahora estoy detenido, determinado a mostrar mi verdadera identidad a Dios, esa misma que Él diseñó y nos insertó a cada uno desde el vientre de nuestras madres, la cual quiere que conozcamos, porque al final Él desea que tú y yo sepamos quienes somos en Él, y para que fuimos formados mientras vivamos en este mundo.
Durante los próximos días revisaremos la vida de hombres de Fe, los cuales nos enseñarán como descubrieron quienes eran y cuál era la identidad que Dios les dio.
Y la pregunta que te hago hoy es: ¿sabes realmente quién eres tú?
Acerca de este Plan
¿Quién soy yo? Una frecuente pregunta que en los próximos 3 días, pido a Dios través de esta lectura, que hable a nuestras vidas para poder encontrarnos en un espejo con ese diseño del Padre en nuestras vidas.
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Nos gustaría agradecer a Jann Luis Quintero por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelacruz.com/