La Libertad Del Porno Empieza AquíMuestra

El amor del padre

Después de que Brandon volviera a recaer, se sintió asqueado. No se atrevía ni a orar para pedir perdón. Se sentía como un hipócrita inútil. Y estaba convencido de que Dios sentía lo mismo por él. Ni siquiera quería mirar la Biblia en su mesita de noche porque le hacía sentir mal. Evitaba a Dios por su vergüenza.

Como hemos visto en lecciones anteriores, cuando hay confesión y arrepentimiento para el hijo de Dios hay perdón de los pecados (1 Juan 1:9). Pero incluso después de esto, la vergüenza y el sentimiento de inutilidad pueden permanecer. El cristiano cubierto de vergüenza comprende intelectualmente el amor de Dios, pero no lo cree verdaderamente, y a menudo se siente emocionalmente insensible al amor y la aceptación de Dios.

En Lucas 15, Jesús ilustra cómo Dios ama radicalmente a las personas incluso en medio de sus decisiones vergonzosas. A modo de parábola, Jesús comparte la historia de un hijo que pide a su padre la herencia. Cuando el hijo recibió el dinero, se alejó, y acabó malgastando todo el dinero en prostitutas y en una vida salvaje.

Como resultado, lo perdió todo y acabó sin hogar. Cuando tuvo que vivir en una pocilga real, el hijo finalmente entró en razón. El hijo sintió una gran vergüenza y planeó volver a casa y hacer lo impensable: pedir a su padre que le permitiera ser nada más que un sirviente. Sin duda, el hijo se temía lo peor al volver a casa, pero fíjese en la respuesta del padre.

“Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó" (Lucas 15:20).

Al parecer, el padre estaba buscando el horizonte en busca del regreso de su hijo. Cuando el padre lo vio, no pudo llegar a su hijo lo suficientemente pronto. Abrazó a su hijo, le dio una túnica, un anillo y organizó una gran fiesta de bienvenida para él. El padre no pidió una explicación ni exigió respuestas por los fracasos y el comportamiento despreciable de su hijo. En cambio, el padre simplemente celebró a su hijo. Nunca dejó de amar a su hijo, incluso cuando estaba lejos.

Dios está dispuesto a acoger a los que se han alejado de Él. Somos profundamente valorados y amados por Dios. Aunque nos hayamos alejado debido a nuestras vergonzosas elecciones de estilo de vida, el Señor anhela ser bondadoso con nosotros y acogernos de nuevo.

Dios ha proclamado su amor por nosotros. Romanos 5:8 dice: "Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros". La Palabra de Dios debe definir la realidad para nosotros, no nuestros sentimientos, la vergüenza o las acusaciones del enemigo.

Preguntas de reflexión:

1. ¿Cómo ves la vergüenza manifestada en tu propia vida?
2. ¿Qué te llamó la atención de la respuesta del padre al regreso de su hijo?
3. ¿Cómo debería esto animarnos a buscar a Dios incluso en medio de nuestra vergüenza?
4. ¿Has recibido a Cristo para convertirte en hijo de Dios? (Juan 1:12, 3:16)